venerdì 27 novembre 2009

Al Andalus: "Maquis europeo de las herejías cristianas orientales"



Fonte: http://www.webislam.com/?idt=14580

Se ha presentado la tercera edición de la celebrada y comprometida “Historia General de Al Andalus: Europa entre Oriente y Occidente” de Emilio González Ferrín. Un éxito sin precedentes para una publicación científica e histórica, que ha tomado como referencia un nuevo paradigma y que ha abierto el debate entre islamófobos e islamómatras.

Emilio González Ferrín ha tenido la amabilidad de enviarnos a P36 el prólogo a esta tercera edición que publicamos a continuación:

“Desde que en 2006 se publicó por vez primera esta Historia General de al-Andalus, las numerosas presentaciones de sus dos ediciones han generado un cierto debate. Los principales elementos de discusión suelen ser dos ideas en las que se tiende a resumir el libro: una remite al subtítulo –Europa entre Oriente y Occidente-; la otra es la recurrente afirmación, incluida en estas páginas, sobre que los árabes no invadieron la península ibérica. Acerca de la primera no cabe mucha más explicación, dado que se ha convertido más en elemento ideológico que científico. Así, nuestra propuesta de al-Andalus como componente y fuente cultural de Europa choca con un prejuicio de gran predicamento: la idea de que los sujetos de la historia son las religiones, inamovibles desde el pasado más remoto. Ese nacionalismo religioso tiende a la forja de identidades por exclusión, procediéndose a construir una visión del mundo ordenada y militante. Al parecer, o se es musulmán y se hereda todo lo islámico pasado, al servicio de la insurgencia revolucionaria contemporánea, o se es de un Occidente –a veces asimilable a cristiano- constituido merced a la erradicación de lo oriental, siempre invasor y una vez expulsado de Europa.

Esa infantil y malintencionada percepción generalizada de prietas las filas es completamente ajena a nuestra teoría de la historia, y no merece la cosa ulteriores consideraciones intelectuales al ser materia de opinión y no de formación. Pero sí merece ser considerada una cierta producción literaria emanada de tal polémica, por cuanto trasluce de tema de nuestro tiempo y, como tal, sometido a un siempre fértil toma y daca de publicaciones.

La bienvenida francesa al ensayo de Sylvain Gouguenheim nos sirve aquí de arranque: en su Aristóteles en el Monte Saint Michel (2008), este autor descubre las traducciones que Jacques de Venecia hiciera del pensador griego en la citada abadía allá por 1127. Tal dato le sirve para anular la labor intelectual andalusí como continuadora del elemento cultural griego, y así desestimar toda aportación islámica al constructo europeo. Pero Gouguenheim no tiene en cuenta la escasísima repercusión de tal versión, en tanto el propio Tomás de Aquino llama a Averroes el comentador (de Aristóteles), la lectura del cordobés es prohibida en París por librepensadora, e incluso el de Aquino encarga otras traducciones del griego para cotejar las árabes, omnipresentes. Es decir: descubrir otra fuente más de cotinuidad histórica no anula las ya existentes. Por otra parte, Gouguenheim tiene páginas realmente iluminativas sobre la transmisión del bagaje clásico desde Oriente a Occidente, pero le vence el nacionalismo religioso al podar toda aportación cristiana en árabe y negar su adscripción a la civilización islámica.

En cualquier caso, la abrumadora bienvenida al libro de Gouguenheim en Francia dice mucho de las ganas que se tenía a un ensayismo previo conciliador de historias y presentes; las obras de Libera, Benoît, Micheau, Arkoun -así como las traducciones francesas de los libros de Menocal y Vernet-, en que se traza la línea sin solución de continuidad desde la Edad Media hasta el Renacimiento a través del Islam. En España, nuestra versión de droite divine bebe de las mismas fuentes telúricas del continuado y natural enfrentamiento entre religiones, olvidándose que el enemigo musulmán es reciente por haber sido otro el enemigo hasta ayer mismo: la encarnizada amenaza de Occidente era el rojísimo. Este, destructor de valores y fundamentos, por lo que difícilmente podemos trazar continuidades en este sentido, a no ser que la continuidad se refiera, sin más, al deseo de forjar enemigos. Es larga y variopinta nuestra nómina de intelectuales atrincherados en el no pasarán frente a un al-Andalus, sinónimo así de al-Qaeda. Se engloba aquí a la sorpresa académica de Serafín Fanjul prologado por Miguel Ángel Ladero Quesada, el de Simancas. Fanjul sorprendía, así, al ser un magnífico arabista comprometido y juramentado, repentinamente, con la idea de que la insurgencia iraquí, el terrorismo islámico y al-Andalus son parte de un todo amenazante y rechazable.

Fanjul nada en la misma corriente que nombres como la premiada en 2008 con el Jovellanos de Ensayo, Rosa María Rodríguez Magda, en cuya obra riza el rizo del ninguneo negando la mayor; la propia existencia de un legado cultural adjetivable como andalusí. Pero también se suma a lo anterior el apoyo logístico de gran parte del mundo político, académico e intelectual en general: véase el cruzadismo inexplicable de nombres influyentes como Gustavo de Arístegui, Gustavo Bueno, Rodríguez Adrados y un larguísimo etcétera a los que no chirría el rechazo en bloque a universos culturales que ya no van nunca a comprender. En particular, los dos últimos consideran compatible el malditismo de lo islámico y la defensa a ultranza de lo greco-latino, como si no fuera todo parte de lo mismo.

Pero, en este caso, la versión española reviste un último matiz nada desdeñable: la patente preocupación por la identidad, unidad y cohesión histórica de España. Es decir: patrias como obligaciones del pasado, más que como proyectos de futuro. En este sentido, el inherente pelayismo de nuestro hoy interpretador del ayer se esgrime como única explicación posible del día a día: España, según esto, se habría forjado desde un embrión salvífico en Covadonga hasta el regalo del destino de Granada –1492- por nuestro esfuerzo reconquistador. Por lo mismo, al-Andalus no sería elemento constitutivo de España sino huestes por fin vencidas y expulsadas. España se habría forjado frente a al-Andalus, que no a partir de él –léase la larguísima proclama del evangélico César Vidal-. Y su vestigio se circunscribiría a ciertos elementos folklóricos de una Andalucía –por lo mismo- indolente. No hay mucho más que comentar es esta historia de cromos y estampitas, buenos y malos.

Sobre la segunda idea, así encadenada, -si los árabes invadieron o no la península ibérica-, el debate no es menos profundo y merece alguna disquisición. Pero aquí no andan en juego ideologías previas como en el caso anterior –pasionales, personales, nacionalistas- sino el seguimiento –acatamiento- o no de una cierta historia oficial. Por tal razón, resulta oportuno incluir una palabra previa que encuadre el sentido histórico de al-Andalus tal y como es percibido en este libro, así como algunas contradicciones de esa historia oficial, todo ello según el procedimiento seguido en estas páginas: la ninguneada historiología, según la practicó Américo Castro, la definió Ortega y Gasset, así como es cultivada en gran parte del mundo: teoría de la historia, identificación de patrones y mitos, etcétera. Trataremos estos tres puntos en orden inverso al aquí enunciado.

Comenzamos, así, por el tercer aspecto, la historiología: mucho se ha criticado el método historiológico al tomarse la llamada heurística –búsqueda de fuentes o denuncia de su inexistencia- y confundirla con explicaciones perfectas y completas de imposible factura. Pero la heurística es la gran pregunta previa de todo científico que se precie, incluido el historiólogo. Y por más que la paternidad del término historiología sea aún objeto de discusión, la ciencia que propone no es la historia sin los archivos, sino la pregunta que no se hace el mero legajista. Suele atribuirse a Martin Heidegger la separación entre Geschichte en alemán –sucesión de hechos, que vendría de geschehen, ocurrir-, e Historie, del latín historia –relacionada semánticamente con el griego episteme; aprender preguntando-. Ese segundo concepto -teorizar la historia-, correspondería a la historiología, que pretende así animar al historiador a que sea algo más que recopilador de hechos. O, al menos, que recopile hechos contrastados. Mal que le pese a algún pobre legajista, el mundo es muy grande y hay cosas que no aparecen entre las fichas del Archivo General de Simancas.

La clave en la lectura historiológica que nos ocupa es el cambio de paradigma, el mismo concepto que aplicó Darwin al estudiar el origen de las especies. Al interpretar al-Andalus, el llamado evolucionismo, o incluso el gradualismo, se oponen a la percepción catastrofista de los orígenes. Que las cosas se produjeron de un modo bastante más acorde a las circunstancias que las provocaron y no a la postura contemporánea que se tenga con respecto a aquellos hechos. Así, nuestra interpretación cambia de paradigma tomando partido por el procedimiento de Américo Castro en aquel Ensayo de Historiología que tuvo que publicar en Nueva York en 1950. Tomando partido por las aportaciones de una generación que se expresó sin aquella ideología de prietas las filas antes aludida. El tiempo en que Stephen Gilman, Antony van Beysterveldt, Samuel G. Armistead, Marcel Bataillon o James T. Monroe comprendían la maestría de procedimiento de un español –a la sazón, el citado Américo Castro-, en tanto un racimo de españoles florecían fuera de las aulas de su tierra: Francisco Márquez Villanueva o Juan Marichal (Harvard), Vicente Llorens (Princeton), Francisco Marcos Marín (Montreal), Guillermo Araya o Julio Rodríguez-Puértolas (California), Manuel Durán (Yale), y otros –algunos, muy pocos, volvieron- que supieron aunar filología e historiología desde unas latitudes ajenas al constructo hispano de godos, católicos y unidad. Entretanto, aquí se forjaban especialidades sin conexión entre sí o el exterior, validando el dicho aquel atribuido al doctor Letamendi, según el cual el médico que sólo sabe de medicina, no sabe ni de medicina.

Nunca ha sido éste un libro iniciático o de creación, sino continuista y deudor de un sinfín de aportaciones que no tienen por qué ser ni siquiera consecuentes en bloque. Es decir: podemos comprender la crítica que Goytisolo o Pierre Guichard hicieron de las tesis de Olagüe –cada una en términos y por motivaciones diferentes-, o el revisionismo actual sobre el compromiso corporativo de Asín Palacios o García Gómez con un cierto régimen. Podemos criticar la obsesión gótica de Unamuno, Ortega y Gasset y Maravall, el cruzadismo de Menéndez y Pelayo o la inventiva de Menéndez Pidal y su equipo. Pero no podemos pasar por encima de todos estos nombres sin profundo subrayado de ideas nuevas que aquí y allá destacan a lo largo de sus respectivas obras y que no van a ser desestimadas por otras ideas incomprensibles que los mismos autores puedan expresar. Nada hay más acientífico que ser estrictos y apriorísticos en la consecuencia, incólumes en la afinidad o el rechazo; seguramente porque ni la vida ni la historia tienden a la estricta coherencia.

El segundo aspecto que anunciábamos tratar aquí era algunas contradicciones de aquella historia oficial. En gran medida, la huera recopilación de hechos que nos han enseñado en relación con al-Andalus se basa en paradigmas –esquemas, patrones- de viejo predicamento en el Mediterráneo. Tres ejemplos servirán como botón de muestra: la invasión del 711 por traición asociada a la ofensa de don Rodrigo a la hija de Julián se parece demasiado a las causas literarias de la Guerra de Troya en la Ilíada; la cinematográfica aparición del último de los Omeyas de Damasco por las playas occidentales de 756 tras sus escalas norteafricanas se parece demasiado al arranque narrativo de la Eneida de Virgilio, con aquel Eneas –último de los troyanos- siguiendo rutas semejantes. Por último, el periplo de los diez mil sirios rodeados en el norte de África y finalmente asentados en al-Andalus recuerda en demasía a la Anábasis de Jenofonte.

Todo ello muestra la coherente transmisión de ideas y relatos en el mundo greco-latino y sus periferias, partiendo –qué duda cabe- de que el Islam es una civilización helénica al menos hasta su mayor orientalización –por el abrumador elemento persa- a principios de los 800. La muy tardía época del primer gramático del árabe –Sibawaihy, m.795-, el testimonio en griego de Juan Damasceno –m. 750- y las cartas latinas del cordobés Eulogio –m. 859- ponen en entredicho la fijación de un canon coránico o la arabización de Occidente antes del año 800. En tal caso, ¿en nombre de qué o en qué idioma pudo producirse cuanto quiera que se produjese en 711?. Ésta es la base de nuestro rechazo a una invasión árabe o en nombre del islam, o –siquiera- compuesta por bereberes que, al fin y al cabo, en esa fecha no eran aún los hombres azules del desierto que llegarían casi tres siglos después. Beréber es transcripción de barbarus –latín- o barbaroi –griego-; bereberes serían, así San Agustín, Masinisa, Yugurta o Apuleyo; sin turbante azul ni té verde.

Este rechazo a la versión oficial de un creacionismo andalusí se basa también en la pregunta historiológica por excelencia en esta materia: ¿por qué no se habla de invasión islámica hasta crónicas tan tardías como el Ajbar Machmúa –a mediados de los 800- o las llamadas Crónicas Asturianas –más tarde del 880-? ¿Por qué el débil testimonio de ese hapax documental que es la mal llamada Crónica Mozárabe –en torno al 754- resulta ser el único fiable cronológicamente y no incluye términos como islam, Mahoma, musulmán, Corán, pero se dedica a criticar las versiones encontradas de los cristianos peninsulares? ¿Por qué una tierra tan culta no escribe sobre la tragedia única y localizada del 711 hasta –al menos- ciento cincuenta años después?. Ése es el interrogante fundacional que inaugura la secuencia de dudas y cuestionamientos que se suceden en este libro. (La alusión a la denominación mozárabe –mal llamada- responde a que tal término significa arabizado; lo último que querían ser los resistentes al avance de la arabización andalusí. Ni el impulsor del término, Simonet, ni el catalogador de la Crónica Mozárabe, Menéndez Pidal, tuvieron esto en cuenta).

Y por concluir con este aspecto anunciado, definiremos al-Andalus como el desarrollo de la culta Hispania que no quiso o no pudo sumarse a la fundación de una Europa concreta por parte de Carlomagno. Hispania siguió por su senda mediterránea, en tanto era el resto de Europa la que se distanciaba. Al-Andalus es el maquis europeo de las herejías cristianas orientales, a las que se sumará para continuar al Imperio Romano de Oriente por otros medios: dar al-Islam. Nos haremos eco de la afirmación de Andrés Martínez Lorca: llamar nuestra a la cultura de al-Andalus supone una ruptura con aquella manipulada educación colectiva en la que fuimos instruidos. Y destacaremos, por entre el mar de preguntas, afirmaciones tales como:

- Al-Andalus se inserta en el constante proceso de orientalización de la Península Ibérica, del que también forma parte la cristianización.

- La arabización es un lento proceso paralelo que afectó a todo el Mediterráneo sur.

- Al-Andalus no dependió de ningún poder extranjero hasta las invasiones norteafricanas del siglo XI.

- El norte de España no formó parte de Al-Andalus por sumarse a un cambio gradual europeo iniciado en 800 con Carlomagno.

- Esa elasticidad de límites territoriales andalusíes generó el concepto de frontera, esencial en la formación de la cultura hispana.

- Sólo el sentido de estado de Almanzor –en torno al año 1000- forzaría al norte de España a definirse por exclusión del sur.

- Tanto los reinos cristianos del norte como al-Andalus sufren procesos alternativos de centralización y descentralización.

- La definitiva descentralización andalusí de los reinos de Taifas (1031) marca el momento de máximo esplendor cultural de nuestra Edad Media, aún árabe en gran parte durante cuatro siglos y medio más.

- La entrada de Alfonso VI en Toledo en 1078 –la ciudad andalusí que le había acogido en su exilio- es fundamental para la continuidad cultural ibérica y mediterránea.

Destacaremos asimismo que el tratamiento de lo andalusí por parte del resto de la península no es monolítico a lo largo de ocho siglos, sino que hay una interesante evolución entre –por ejemplo- dos textos conservados: una Cantiga de la corte de Alfonso X y el epitafio de los Reyes Católicos. Reza la Cantiga (en torno a 1280): Dios es aquel que puede perdonar a cristianos, judíos y moros, en tanto tengan en Él bien firmes sus convicciones. Y responde el citado epitafio dos siglos y medio después (1517): este monumento fue erigido a la memoria de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, hombre y mujer iguales, ante los que se postró la secta de los mahometanos y quienes erradicaron a los heréticos judíos. La evolución ideológica es evidente, según se aleja aquella vieja invasión en las nieblas del tiempo. Por entre preguntas y ejemplos tales, concluiremos que al-Andalus es un pre-Renacimiento europeo, y que como tal, merece el rango de fuente cultural de Europa, incluso más allá que el de componente identitario de España y Portugal.

En este tiempo de vida, los citados tres años de andanzas, debo a Enrique Ojeda Vila gran parte del eco internacional que la obra ha podido ir teniendo. Como director de la Fundación de las Tres Culturas del Mediterráneo y después Secretario General de Acción Exterior de la Junta de Andalucía, Enrique Ojeda ha compensado con creces el hispanísimo ninguneo de estas páginas. Por otra parte, mi opinión sobre el medievalismo español –no entraré a especificar qué se entiende por el grupo de los medialuces- ha cambiado radicalmente al poder conocer un día las muy respetables y sensatas objeciones de especialistas como Gloria Lora, Antonio Collantes y José María Miura. Su resolución al intercambio de ideas dice mucho de su capacidad científica y modifica sustancialmente la opinión previa que tenía del gremio.

Más allá, el encuentro de nuestra definición de al-Andalus con cuestiones contemporáneas ha producido interesantes lecturas que ya van siendo incluidas en cuanto se conoce como Paradigma al-Andalus: una visión ejemplarizante de las luces y sombras de la historia a beneficio de inventario presente. Enlazando con teorías concomitantes de –por ejemplo- Muhammad Arkoun o el iraní Jahanbegloo, resulta posible sentar las bases de una lectura cultural de la historia no manipulada cuya aplicación presente es ilimitada.

Quiero destacar a este respecto el interesante intercambio de ideas con Felice Gambin en la Universidad de Verona con ocasión del congreso Alle radici dell’Europa. Con Albert Bildner en el de Revisiting al-Andalus de Nueva York. Con Gaspar Cano –Instituto Cervantes- primero en Estocolmo y después en Berlín junto a Sami Naïr. También con el embajador Antonio López tras una presentación en la Universidad de Al-Azhar (El Cairo), rememorada después en Sevilla. Asimismo, quiero recordar a Vanessa Herencia por el altavoz de ideas que supuso culminar el encargo del texto Rumbo al Renacimiento. A Darío Villanueva y la Sociedad Española de Literatura Comparada, probablemente el foro más castriano en el que podemos abatir los muros entre especialidades. A Enrique Jaurrieta –Ateneo Navarro-, Román Suárez –Oviedo- Alejandro Nogales –Zafra- y Juan José Tamayo –Universidad Carlos III de Madrid-, por su permanente conversación. A Jerónimo Paéz –El Legado Andalusí- y Francisco Peña –Universidad British Columbia, Canadá- les debo la oportunidad de charlar con Francisco Márquez Villanueva en Granada, al ponerse de manifiesto que llevamos cuatro siglos sin moriscos. Al embajador Emilio Cassinello, al rector Candido Mendes (Río de Janeiro) y a Federico Mayor Zaragoza, por el espacio de debate propiciado en San José de Costa Rica con ocasión de una reunión sobre Alianza de Civilizaciones. Por último, debo a Balbino Povedano, Margarita Ruiz Schrader y María Sierra la oportunidad de un año de difusión de ideas en la Casa Bailío de Córdoba. Y –cómo no-, debo concluir con la mención de Joaquín Aurioles por la apuesta intelectual que impulsó estas páginas: un contrato de investigador senior sobre al-Andalus en el entonces caldero de ideas de aquel Centro de Estudios Andaluces que él creó, llenó, y que se vació sin él. El encargo que entonces me hizo Manuel Pimentel fue la única lectura coherente de cuanto allí se investigaba.

A todos ellos, y a tantos lectores anónimos, debo el interés que permite esta tercera edición.

El gran muftí de Arabia Saudí condena el terrorismo en nombre del islam



Fonte: http://www.webislam.com/?idn=15520

El mensaje del jeque formó parte del sermón anterior a las oraciones del mediodía en la segunda jornada de los rituales anuales de la peregrinación a La Meca, en las que este año participan cerca de 2,5 millones de personas, según las autoridades saudíes.

El gran muftí pronunció su sermón en la mezquita de Namira, a los pies del monte Arafat, el lugar donde el profeta Muhammad pronunció su último sermón y que está situado a unos 20 kilómetros al sureste de La Meca.

'El terrorismo es un problema internacional (...). El deber del musulmán es oponerse a ello', afirmó el jeque desde uno de los balcones de la mezquita, cuya explanada ocupa un área de 110.000 metros cuadrados y puede albergar a unos 300.000 fieles.

El jurisconsulto saudí dijo que los responsables de cometer las 'malvadas' misiones suicidas en nombre del islam 'no reciben el apoyo de Allah ni del islam' y alertó contra quienes fomentan la destrucción 'en nombre del sectarismo'.

En su sermón, el jeque criticó también la 'magia negra' y a los brujos que dicen seguir los principios islámicos y también los efectos que están causando las drogas entre la juventud musulmana.

'Las drogas destruyen la nación del islam', indicó.

También lamentó en su discurso que en algunos países musulmanes se cuestione la legitimidad de que la mujeres lleven velo.

El sermón del muftí fue el momento clave en la jornada de ayer de las tres fechas más importantes de la peregrinación o 'hach' a La Meca, que, en distintas etapas, se cumple en un corredor que une en un lado a la ciudad y en el otro extremo al monte Arafat.

Al contrario que el miércoles, cuando se produjo una fuerte lluvia en este país desértico que creó graves problemas en el desplazamiento de los fieles, ayer los peregrinos disfrutaron de una jornada soleada.

En la colina Arafat, de granito y con unos 70 metros de altura, los creyentes purifican sus pecados y cumplen con uno de los rituales más importantes del 'hach'.

El monte Arafat, conocido también como 'Yabal al Tauba' (monte del Arrepentimiento), quedó completamente cubierto de fieles, quienes tras la puesta del sol se desplazarán a la localidad vecina de Muzdalifa.

Vestidos con el 'irham', un traje de dos piezas de tela blanca sin costuras, los peregrinos recitaron durante la ascensión al monte frases de alabanza a Dios, entre las que domina 'Labbaik Allah-umma Labbaik' (Heme aquí, Oh Señor).

Según las autoridades saudíes, las lluvias que cayeron causaron la muerte de 48 personas y otras 900 tuvieron que ser rescatadas por las corrientes de agua.

Las regiones más afectadas fueron las de Yeda, La Meca y Rabegh.

En la primera se produjeron la mitad de las víctimas y en total cayeron unos 70 milímetros de lluvia en menos de dos horas, lo que supone más de dos tercios de la precipitación media anual del país.

Algunos de los que querían llegar a La Meca desde Yeda, la segunda ciudad del país, no consiguieron su propósito o tuvieron que dedicar todo el día a un desplazamiento para el que normalmente se necesitan 45 minutos.

Las fuerzas de seguridad se esforzaron por limpiar los destrozos causados por las lluvias y garantizar la seguridad y tranquilidad de los peregrinos.

"Signor Berlusconi, è o non è frequentabile il regime turkmeno?", di Reporters sans frontières



Fonte Originale:
http://www.rsf.org/Monsieur-Berlusconi-oui-ou-non-le.html

Fonte della traduzione italiana:
http://www.articolo21.org/6197/editoriale/signor-berlusconi-e-o-non-e-frequentabile-il.html


Reporters sans frontières è "sconvolta" dalla segretezza che circonda la visita in Italia del presidente turkmeno Gurbanguly Berdymukhamedov. A Roma è arrivato il leader di uno dei paesi più repressivi del mondo, ieri ha incontrato una delegazione di uomini d'affari e oggi incontra il primo ministro italiano Silvio Berlusconi.

Contattato da Reporters sans frontières, la scorsa settimana, il Ministero italiano degli Affari Esteri ha negato ogni visita del presidente turkmeno. Le agenzie di stampa non avevano alcuna informazione. Solo recentemente, gli uffici della Presidenza del Consiglio hanno infine spiegato che Berdymukhamedov arrivava in risposta ad un invito personale di Berlusconi e non per una visita di Stato.

"Tra capi del potere esecutivo non vi è alcun invito privato. Delle due cose l’una: o il regime turkmeno (173° su 175 nella classifica della libertà di stampa 2009 elaborata da RSF) è un tipo di un governo "normale", e allora la visita del suo capo di Stato è un evento pubblico che dovrebbe di norma essere portato all'attenzione dell'opinione pubblica, oppure il regime non è “presentabile” e allora l’opportunità di incontrare il signor Berdymukhamedov dovrebbe essere almeno oggetto di un dibattito serio". Reporters sans frontières ha aggiunto: "Il primo ministro italiano Berlusconi dovrebbe spiegare pubblicamente il suo comportamento e fornire dettagli sulle discussioni intercorse."

L'Unione europea ha recentemente avviato un riavvicinamento con il Turkmenistan, considerato uno dei principali fornitori potenziali di gas per il suo gasdotto Nabucco. La Russia sta cercando di rinegoziare i termini per l'acquisto degli idrocarburi turkmeni e le prospettive di cooperazione con l'UE sono state confermate dall’International Forum 2009 "Petrolio e gas del Turkmenistan", tenutosi dal 16 al 19 novembre a Ashgabat. Tra le società internazionali in competizione per i contratti di gas, l'italiana ENI è in buona posizione.

Dipendente dalle entrate provenienti dalle esportazioni del suo gas, il Turkmenistan cerca attivamente di diversificare i suoi sbocchi e di migliorare la sua immagine a livello internazionale. Dopo aver cercato di attirare gli investitori costruendo, nello scorso mese di giugno, una sorta di « Las Vegas turkmeno » sul Mar Caspio - un progetto estremamente oneroso -, il governo ha annunciato l'inizio di una « rivoluzione elettronica » che dovrebbe in teoria rendere più efficace il suo operato. Ma questo cambiamento non deve fuorviarci.

“All'inizio del 2009, il siluramento di due importanti esponenti del sistema della censura ufficiale aveva fatto credere in una relativa liberalizzazione del Paese. Ma dietro la facciata, nulla è cambiato e il Turkmenistan resta uno dei Paesi più repressivi del mondo per i giornalisti. L'universo mediatico nazionale non comprende la possibilità di critiche nei confronti del regime. Alcuni cybercaffè sono stati autorizzati, ma l'accesso ai siti dell'opposizione è bloccato, gli scambi di email sono sorvegliati e consultare siti d'informazione alternativi può essere pericoloso. Come prendere sul serio le velleità riformatrici di un regime che esorta i giornalisti locali ad ispirarsi al lavoro dei media stranieri ma che poi non permette a nessun giornalista o studente turkmeno di uscire dal Paese?”, continua RSF.

Lo scorso 20 ottobre, il ricercatore e militante ecologista Andreï Zatoka è stato arrestato con moventi completamente prefabbricati dalle autorità. Nove giorni dopo è stato condannato a cinque anni di carcere. Solo grazie alla sua doppia nazionalità (russo-turkmena) e alle pressioni di Mosca, - per una volta d'accordo con la comunità internazionale – Zatoka è stato liberato ed espulso in Russia.

I collaboratori locali dei media stranieri rischiano continuamente di essere perseguitati dalle autorità. Il sistema di intimidazioni è tale che i giornalisti turkmeni sollecitati dai giornali stranieri rifiutano categoricamente di lavorare per loro. L'esempio di Sapardourdy Khadjiev e di Annakourban Amanklytchev contribuisce a perpetuare la paura. I due giornalisti sono stati condannati a 6 e 7 anni di detenzione nel 2006 per “possesso di munizioni illegali”, dopo aver lavorato per la società audiovisiva francese Galaxie-Presse che preparava un reportage sul Turkmenistan per il canale France 2. Secondo recenti testimonianze, le condizioni di salute dei due giornalisti si sono deteriorate: sono colpiti da svariate infezioni (in particolare allo stomaco, ai reni), e da dolori alle gambe e alle articolazioni. Non possono beneficiare di cure mediche adeguate, e nessuna organizzazione internazionale, neanche il CICR, è autorizzata a fare loro visita. Inoltre, i loro familiari ed amici, esattamente come quelli di Ogoulsapar Mouradova –corrispondente di Radio Free Europe/Radio Liberty morta in carcere sotto i colpi dei suoi carcerieri, non sono autorizzati a lasciare il Paese, sono intercettati, vengono ostacolati nella loro ricerca di un lavoro o nei loro studi

"Deve essere chiaro al governo italiano, come agli altri paesi membri dell'Unione europea, che l’apertura commerciale e diplomatica verso il Turkmenistan non può trascurare la situazione dei diritti umani e della libertà di la stampa," ha concluso la organizzazione.

Per approfondimenti sui rapporti tra Unione europea e Turkmenistan, si faccia riferimento anche al rapporto di Global Witness: "All that Gas? The EU and Turkmenistan":
http://www.globalwitness.org/media_library_detail.php/879/en/all_that_gas_the_eu_and_turkmenistan

Moriscos, la historia incómoda, de Juan Goytisolo



Fonte: http://identidadandaluza.wordpress.com

En el pasado de todos los países alternan los episodios embarazosos y los que son motivo de patriótica exaltación. El cuarto centenario de la expulsión de los moriscos en el reinado de Felipe III se incluye, como es obvio, entre los mencionados en primer lugar. Fuera de la fundación El Legado Andalusí y de los historiadores convocados por éste el próximo mes de mayo, la España oficial y académica se ha encastillado en un precavido silencio que revela su manifiesta incomodidad.

Lo acaecido de 1609 a 1614 es desde luego poco glorioso y constituye el primer precedente europeo de las limpiezas étnicas más o menos sangrientas del pasado siglo. Las medidas “profilácticas” recetadas por el duque de Lerma con el apoyo decisivo de la jerarquía eclesiástica encabezada por el patriarca Ribera, fueron objeto de un largo, incierto y controvertido debate político-religioso cuyas etapas, aunque sea a vuela pluma, conviene recordar: 1499, conversión forzosa de los granadinos por el cardenal Cisneros; 1501-02, pragmática del mismo dando a elegir a los musulmanes del reino de Castilla entre el exilio y la conversión: los mudéjares del Medioevo pasaron a ser así, pura, y simplemente, moriscos; 1516, se les fuerza a abandonar su vestimenta y costumbres, aunque la medida queda en suspenso por espacio de diez años; 1525-26, conversión por edicto de los de Aragón y Valencia; 1562, una junta compuesta de eclesiásticos, juristas y miembros del Santo Oficio prohíbe a los granadinos el uso de la lengua árabe; 1569-70, rebelión de la Alpujarra y guerras de Granada… A partir del aplastamiento de los moriscos y de la ejecución de Aben Humeya, la política de Felipe II consistió en dispersar a los granadinos y en reasentarlos en Castilla, Murcia y Extremadura, lejos de las costas meridionales y de las posibles incursiones turcas.

Tantas vacilaciones y cambios de rumbo reflejaban las contradicciones existentes entre una jerarquía eclesiástica muy poco respetuosa de la ética universal cristiana y los intereses de una parte de la nobleza peninsular, para la que la expulsión de quienes trabajaban sus tierras significaba la ruina de la agricultura. Como sabemos por la historiografía desde fines del siglo XIX, la cruzada político-religiosa fue objeto entre bastidores de una áspera controversia. Mientras algunos se oponían a la expulsión y predicaban el catecumenado y la asimilación gradual, los elementos más duros del episcopado se decantaban por propuestas más contundentes: la esclavitud, el exterminio colectivo o la castración de todos los, varones y su deportación a la isla de los Bacalaos, esto es, a Terranova. Al destierro a la más cercana orilla africana, sostenido por la mayoría de los miembros del Consejo de Estado, un santo obispo opuso una argumentación impecable: puesto que el llegar a Argel o a Marruecos, los moriscos renegarían de la fe cristiana, lo más caritativo sería embarcarles en naves desfondadas a fin de que naufragaran durante el trayecto y salvaran sus almas.

En el debate que enfrentó durante décadas a -perdóneseme el anacronismo- palomas y halcones, éstos contaron con la pluma elocuente de propagandistas como fray Jaime de Bleda, González de Cellorigo, fray Marcos de Guadalajara y, sobre todo, de Pedro Aznar de Cardona, para quien la expulsión cerraba definitivamente el largo e ignominioso paréntesis abierto por la invasión de 711: la católica España lo sería, por obra de Lerma y del Tercer Filipo, sin excepción alguna. Junto a los alegatos de índole religiosa, se esgrimían otros de orden demográfico: el peligro que suponía el gran crecimiento de la población morisca en abrupto contraste con el estancamiento o caída del de los cristianos viejos en razón del celibato eclesiástico, la enclaustración femenina en los conventos, las guerras de Flandes y la emigración a América. Dicha argumentación, resucitada hoy por los ultras de la identidad europea, fue irónicamente resumida por el Berganza cervantino en el Coloquio de los perros.

El problema morisco y la terapéutica radical del mismo han sido objeto de numerosos y bien documentados estudios en el último medio siglo por historiadores tan diversos como Américo Castro, Domínguez Ortiz, Julio Caro Baroja, Mercedes García-Arenal, Bernard Vincent, Louis Cardaillac, Márquez Villanueva y un largo etcétera. Gracias a ellos, conocemos las reflexiones que hoy denominaríamos cívicas de quienes se opusieron al bando de expulsión de hace cuatro siglos. Muy significativamente, la mayoría de ellos formaba parte de la, no por desdibujada menos visible, comunidad de cristianos nuevos de origen judío, cuya defensa de la asimilación de los moriscos era asimismo un alegato pro domo, en la medida en que contradecía e impugnaba los muy poco cristianos estatutos de limpieza de sangre. La reivindicación del comercio, del trabajo y del mérito frente a la “negra honra” de los cristianos viejos, apuntaba al objetivo de detener la ya perceptible decadencia española y las largas “vacaciones históricas” que se prolongarían por espacio de dos siglos, hasta las Cortes de Cádiz, pese a las políticas más sensatas de Olivares y de los ministros ilustrados del XVIII. González de Cellorigo, cuyo memorial dirigido al monarca -De la política necesaria y útil restauración de la república de España- condensa en el título su contenido regeneracionista, y la excelente Historia de la rebelión y castigo de los moriscos, de Luis de Mármol y Carvajal -evocadora de una tragedia humana que hubiera podido evitarse con planteamientos más pragmáticos-, se ajustan a la corriente del pensamiento erasmista al que se adscribían los partidarios de una modernización de la ensimismada sociedad hispana.

En una obra de próxima publicación y que acabo de leer por gentileza de su autor -Moros, moriscos y turcos en Cervantes-, Francisco Márquez Villanueva analiza con su habitual competencia los escritos, en su mayoría inéditos, del humanista Pedro de Valencia, discípulo y testamentario del hebraísta Benito Arias Montano. Su Tratado acerca de los moriscos de España, desconocido hasta su publicación en 1979, y que no llegó a mis manos sino en fecha reciente, quizá sea, visto con la perspectiva del tiempo, la defensa mejor razonada de la causa de los expulsos. Judeoconverso, como Arias Montano, y enemigo de la escolástica y de la ideología tridentina, denuncia con energía “el agravio que se les hace (a los moriscos) en privarlos de sus tierras y en no tratarlos con igualdad de honra y estimación con los demás ciudadanos y naturales”. Como fray Luis de León (recuérdese lo “de generaciones de afrenta que nunca se acaba”), Pedro de Valencia se alza contra los estatutos del cardenal Siliceo y propugna una política de matrimonios mixtos de moriscos y cristianos viejos para “persuadir a los ciudadanos de la república, que todos son hermanos de un linaje y de una sangre”.

El espectáculo de decenas de millares de mujeres y hombres bautizados a quienes se separaba de sus hijos mientras imploraban misericordia a Dios y al rey y proclamaban en vano su voluntad de permanecer en su patria, resultaba para algunos cristianos sinceros difícil de soportar. Las condiciones brutales de la expulsión y las matanzas llevadas a cabo de quienes huían de ella fueron acogidas con tristeza y compasión por una minoría pensante, y con clamores de odio y con vítores por aquellos que, como Gaspar de Aguilar, las convirtieron en cantares de gesta.

La mayoría de los moriscos se refugiaron, con muy diversa fortuna, en el Magreb, y los naturales de Hornachos crearon en Marruecos la llamada república de Salé, con la esperanza ilusoria de congraciarse con el rey y retornar algún día a España. Los del Valle de Ricote fueron autorizados a emigrar voluntariamente durante un lapso de cuatro años por la frontera francesa y a dirigir sus pasos a otros países europeos. Aunque totalmente asimilados, el favorito de Felipe III firmó, sin que le temblara el pulso, su orden de destierro colectivo en 1614. El episodio del morisco Ricote -el encuentro con su paisano Sancho Panza- en la Segunda Parte del Quijote, permitió a Cervantes, maestro en el arte de la astucia, recoger la voz de quienes fueron víctimas, de tan salvaje atropello.

“Salí -dice el morisco- de nuestro pueblo, entré en Francia y aunque allí nos hacían buen acogimiento, quise verlo todo. Pasé a Italia y llegué a Alemania y allí me pareció que se podía vivir con más libertad, porque sus habitadores no miran en muchas delicadezas: cada uno vive como quiere, porque en la mayor parte de ella se vive con libertad de conciencia”.

¡Libertad de conciencia! De refilón, y como quien no quiere la cosa, el autor del Quijote pone el dedo en la llaga. Los despiertos centinelas del Santo Oficio eran todo oídos pero a buen relector sobran más palabras.

Los hijos de Al-Andalus


Fonte: http://www.webislam.com/?idv=1975


WebIslam

giovedì 26 novembre 2009

La croce della discordia


Fonte:
http://viaggionelsilenzio.ilcannocchiale.it/post/2379290.html

13 novembre 2009

Non accena a placarsi la gazzarra scatenata dalla sentenza della Corte di Strasburgo sulla esposizione dei crocifissi nelle aule scolastiche. La sentenza afferma che la presenza del crocifisso costituisce “una violazione del diritto dei genitori ad educare i figli secondo le loro convinzioni e del diritto degli alunni alla libertà di religione”, ed in sostanza ribadisce quanto già contenuto nell'articolo 3 della costituzione italiana, in vigore dal 1946, che sancisce l'uguaglianza di tutti i cittadini a prescindere anche dalla religione.

A chi con facilità dimentica la storia è opportuno ricordare che l'Italia nel 1848, con lo Statuto Albertino, riconobbe il Cattolicesimo come religione di Stato, e che una circolare del Ministero della Giustizia fascista, nel 1926, impose i crocefissi nei luoghi pubblici. Tuttavia, con la fine della seconda guerra mondiale e con l'adozione della Costituzione, l'Italia divenne uno Stato laico, non subalterno ad altri poteri quali istituzioni religiose o partiti politici confessionali ideologici. E con la celerità che contraddistingue la Chiesa cattolica, appena quarant'anni dopo, la laicità dello Stato italiano fu ribadita con la revisione dei Patti Lateranensi, nel 1984, e la sentenza 203/1989 della Corte Costituzionale ulteriormente confermò che la laicità è il principio supremo dello Stato.

Con la revisione del Concordato tra Chiesa e Stato, firmata da Bettino Craxi e dal cardinale Casaroli, la Chiesa si rassegnò a non essere riconosciuta come religione di Stato, ricevendo in cambio alcune "gratifiche": venne istituito in quella occasione il meccanismo dell'otto per mille, fu garantito alla Chiesa cattolica il diritto di "istituire liberamente scuole di ogni ordine e grado e istituti di educazione" e ad essi fu riconosciuta la parificazione alle Scuole Pubbliche, furono riconosciuti immunità e privilegi alle figure ecclesiastiche. Tuttavia, alcune "abitudini" precostituzionali sembrano divenute prassi consolidata. Tra esse anche quella di esporre simboli religiosi in sedi "inappropriate", poichè tali sedi, rientrando nel novero delle istituzioni statali, dovrebbero conformarsi alle leggi dello Stato, non esponendo simboli religiosi che possano anche solo generare il dubbio di una non laicità dell'istituzione.

Qualche anno fa ebbe una certa risonanza un procedimento giudiziario nei confronti di un giudice, Luigi Tosti, che si era astenuto dal tenere le udienze a causa della presenza del crocifisso nelle aule giudiziarie. Fu incriminato per omissione di atti di ufficio, sebbene avesse garantito il proseguimento dell'attività facendosi sostituire da colleghi, e fu condannato a sette mesi di reclusione e all'interdizione per un anno dai pubblici uffici. La sentenza di primo grado fu confermata in appello ma fu ribaltata dalla Cassazione, che affermò l'insussistenza del reato, facendo notare che la circolare del ministero della Giustizia risalente al 1926 “appare un atto privo di fondamento normativo e quindi in contrasto con il principio di legalità dell’azione amministrativa” e “non più in linea con il principio costituzionale di laicità dello Stato e con la garanzia della libertà di coscienza e di religione”.

Altrettanto dovrebbe valere per le scuole pubbliche, i seggi elettorali, gli ospedali pubblici, i luoghi "istituzionali". E invece la sentenza della Corte di Strasburgo ha sollevato un vespaio. E i politici, ormai sempre più simili a starlette che a uomini di Stato, hanno dato il via libera a polemiche pubbliche, risse mediatiche e iniziative stravaganti.

Daniela Santanchè, leader del movimento per l'Italia, durante la trasmissione Domenica 5, non si è fatta scrupolo di definire Maometto "poligamo e pedofilo", dimenticandosi, tuttavia, delle migliaia di preti pedofili che può vantare la Chiesa cattolica. Del resto, insultare il Profeta è un ottimo modo per affrontare seriamente la problematica del dialogo interreligioso.

A Palermo l'Udc ha deciso di distribuire crocifissi ai passanti, lanciando la campagna "Adotta un crocifisso". Del resto, i radicali, qualche anno fa, distribuivano preservativi e marijuana.

La Lega Nord si distingue per lo zelo nella difesa del simbolo cattolico, sebbene sia invece versata al rito celtico per i matrimoni: a Sezzadio il sindaco leghista ha emesso un'odinanza con la quale stabilisce una multa di 500 euro a chiunque rimuova il crocifisso dalle aule comunali. Il presidente della Lega Nord Trentino, Alessandro Savoi, ha appeso un crocifisso nell’aula del consiglio regionale, ed è scoppiata una mezza rissa. E poi gazebo per le raccolte di firme e iniziative bislacche: a Gavirate, un piccolo centro sul lago di Varese, l’imprenditore Giorgio Feraboli ha fatto mettere una croce alta sei metri all’ingresso della sua fabbrichetta, e i suoi 34 operai hanno perfino contribuito alla spesa; a Frigento, nell'avellinese, il deputato del Pdl Marco Pugliese ha messo nel suo giardino una croce di marmo alta quattro metri e mezzo.

Insomma il crocifisso è diventato un vessillo, come ai tempi delle crociate. Solo che stavolta l'obiettivo non è liberare la Terra Santa, ma accaparrarsi consensi, fomentare la discriminazione, soffiare sul fuoco dell'intolleranza. I vescovi, all'emissione della sentenza, si erano stracciati le vesti. Avvenire, il quotidiano della Cei, in un editoriale di Carlo Cardia, aveva parlato di un'apertura delle ostilità nei confronti del crocifisso. "Un Europa che giunga al punto di negare, nascondere o abbattere la propria tradizione e identità cristiana diventerebbe - avverte 'Avvenire' - una terra di nessuno, derisa dagli altri, incapace di trasmettere i suoi valori piu' profondi, di confrontarsi con altri popoli e paesi in un epoca globalizzazione che chiede incontro e dialogo". Insomma, ad innescare la polemica è stata proprio la Chiesa. E i politici non si sono fatti scappare l'occasione, ma calcando troppo la mano, tant'è che i vescovi hanno fatto un passo indietro. Il primo segnale è giunto da Padova, dove un comunicato della Diocesi, ispirato del vescovo Antonio Mattiazzo, ha definito i «gesti pubblici simbolici contro la decisione della Corte di Strasburgo, atti plateali non condivisibili dalla comunità cristiana». E Maurizio Conte, deputato regionale della Lega, in risposta, ha ricordato lapidariamente che "la Chiesa ha utilizzato il crocefisso per farci le crociate". Insomma, se il crocifisso dev'essere strumentalizzato, che possano strumentalizzarlo tutti.

Il sindaco di Cittadella, Massimo Bitonci, (celebre per l'ordinanza anti-sbandati che istituiva una commissione per estromettere dal territorio poveri, disoccupati e senzatetto) si é lanciato in una serie di consigli al sindaco di Abano Terme, la cittadina dove risiede la famiglia Albertin, che ha dato via al procedimento presso la Corte di Strasburgo: primo fra tutti, togliere la residenza alla famiglia Albertin, dato il danno che hanno provocato all’intera comunità italiana. E poi ha consigliato alla famiglia in questione di non passare per la sua città: potrebbero trovare dei cartelloni con le loro facce con scritto “Wanted”.

Non pago, il primo cittadino in questione è sceso in piazza a distribuire crocifissi ai passanti. In una lettera aperta, a lui indirizzata, si legge: "La croce rappresenta la sofferenza, l’ultimo, il povero, il diverso, l’emarginato. Pertanto quando brandisci la croce come un moderno “crociato” devi rappresentare questi valori e non altri. Se il simbolo religioso viene usato in maniera ipocrita, strumentalizzato, solo per un tornaconto mediatico elettorale, esponendolo e piegandolo al solo scopo di raccattare più consenso possibile, allora ci ribelliamo come cittadini e come fedeli. Ora per ricordarti che la tua politica delle ordinanze, che tanto successo ti ha portato a livello personale, è talvolta decisamente contro questi principi ed è ispirata a valori diametralmente opposti rispetto a quelli cristiani di solidarietà e condivisione, abbiamo pensato di regalarti un vangelo.
Se ti sta veramente a cuore la croce e quanto rappresenta, leggitelo e cerca di ispirare ad esso la tua azione politica, indirizzandola agli ultimi, ai poveri, ai diversi, agli immigrati, insomma a quelli che sono “poveri cristi in carne ed ossa” qui su questa terra.
La croce senza il vangelo è solo un pezzo di legno, è solo col messaggio evangelico che assume il suo alto valore simbolico."

Non si può che essere d'accordo.

Ama il prossimo tuo



Fonte:
http://viaggionelsilenzio.ilcannocchiale.it/?r=125837

E così ci siamo. Con una mano si brandiscono crocifissi e con l'altra il manganello, pronti a sfollare, nel nome di Dio, extracomunitari senza permesso di soggiorno, o col permesso scaduto, o col permesso non rinnovato.

A Coccaglio, il paesino il cui sindaco leghista ha emanato il provvedimento, i vigili vanno casa per casa, come facevano i nazisti per scovare gli ebrei. E l'hanno chiamata "Operazione White Christmas", perchè, come spiega l'assessore leghista alla Sicurezza Claudio Abiendi "per me il Natale non è la festa dell'accoglienza, ma della tradizione cristiana, della nostra identità".

Coccaglio conta settemila anime, di cui 1500 immigrati. Hanno problemi di criminalità? Neanche per idea, e lo dice lo stesso sindaco, Franco Claretti: "Da noi non c'è criminalità, vogliamo soltanto iniziare a fare pulizia". Come con gli ebrei, appunto. E quando qualche cittadino ha protestato contro il provvedimento, definendolo poco in linea col Vangelo, l'assessore Abienti ha replicato: "Io sono credente, ho frequentato il collegio dai Salesiani. Questa gente dov'era domenica scorsa? Io a Brescia dal Papa".

E poco importa se la linea della Chiesa, in termini di immigrazione, si discosta, e di molto, da quella della Lega. All'assemblea dei vescovi tenutasi ad Assisi il 9 novembre, il cardinale Bagnasco, presidente della Cei, ha sottolineato la pericolosità del clima di odio che sembra essere dilagato un po' ovunque. "Il nostro Paese, con la sua esposizione geografica, quasi a ponte tra Nord e Sud del mondo, è chiamato a rinvigorire la propria tradizionale apertura ai popoli africani, aiutandoli anzitutto a promuovere il loro sviluppo interno", ha affermato il presidente della Cei.

Tuttavia, nella stessa sede, sempre il cardinale Bagnasco ha definito la sentenza della corte di Strasburgo "un'impostura" di minoranze esigue che rischiano di far allontanare l'Europa dalla gente. E, già che c'era, ha anche tenuto a precisare un paio di altri punti. Sull'ora di religione islamica ha ribadito le proprie riserve, asserendo che l'insegnamento della religione cattolica "non è un'ora di catechismo" ma una occasione di conoscenza di una fede che fa parte del "patrimonio storico del popolo italiano". E, già che c'era, ha chiesto che i fondi destinati al sistema dell'istruzione non statale (alle scuole private gestite dal clero, per essere chiari) non siano tagliati nella prossima Finanziaria. "Ci si augura - ha detto il presidente della Cei - che le cifre inizialmente previste con decurtazioni consistenti, possano essere prontamente reintegrate in modo da consentire agli enti erogatori dei servizi di mantenere gli impegni già assunti". Sulla scuola pubblica, che versa in una crisi ben peggiore, neanche un fiato.

Molto, invece, sulla pillola abortitva, la Ru486. In merito, l'esimio prelato ha chiesto che sia riconosciuta "la possibilità dell'obiezione di coscienza agli operatori sanitari, compresi i farmacisti e i farmacisti ospedalieri, che non intendono collaborare direttamente o indirettamente ad un atto grave". Ma il cardinale non si è limitato solo alle vicende italiane, ed ha tenuto a ricordare il massacro di sette cristiani in Sudan avvenuto agli inizi di ottobre. Sui 40 anni di guerra civile che lacerano il pease, sui due milioni di morti solo per gli effetti delle carestie successive alle guerre, sui 4 milioni di rifugiati, sulla "pulizia etnica" in Darfur, la regione occidentale del Sudan teatro di un conflitto feroce, neanche una parola. Ma il nord del Sudan, dove c'è il Darfur, è musulmano. E la Chiesa si straccia le vesti solo per i massacri dei cristiani.

E se c'è da proteggere un sacerdote che ha massacrato centinaia, migliaia di persone? E' un sacerdote, via! Lo si protegge! E magari lo si porta in Italia, il paese che tutto accetta e tutto inghiotte, perfino le medicine più amare. Come padre Seromba, che massacrò duemila persone in Rwanda, seppellendole vive nella propria chiesa e facendola spianare dai bulldozer e che trovo rifugio in Toscana. Finchè African Rights non lo identificò. E, di fronte alla richiesta di estradizione, il Vaticano lottò con le unghie e con i denti, estorse condizioni e privilegi per il suo prete. Anche se aveva massacrato 2000 persone.

Un caso unico? Sciocchezze. Perchè African Right ne ha trovato un altro. Sempre in Toscana, sempre tutelato dalla chiesa, sempre responsabile di massacri in Rwanda. Si chiama Emmanuel Uwayezu, ha 47 anni e da 4 anni è vice parroco della chiesa di Ponzano, a Empoli. E' accusato da African Rights di essere coinvolto nel massacro, il 7 maggio 1994, "di più di 80 giovani alunni fra i 12 e i 20 anni" che studiavano nel complesso scolastico Misericordia di Maria, di cui era direttore, a Kibeho, nel sud del Ruanda.

"La mattina del 7 maggio 1994 - denuncia African Rights - un gran numero di miliziani che brandivano machete e coltelli ha accerchiato gli alunni, la maggioranza dei quali si trovava nel refettorio. Padre Uwayezu era là. I gendarmi che aveva piazzato "per garantire la sicurezza dei ragazzi" hanno sparato in aria invece di disperdere gli attaccanti. Il massacro è quindi cominciato. A eccezione di un pugno di sopravissuti, gli studenti in maggioranza morirono, uccisi dai fucili o dalle granate dei gendarmi o dalle lance, le accette e i machete dei miliziani". "Padre Uwayezu - dice ancora l'Ong - è tornato a Kibeho diversi giorni dopo i massacri per fare in modo che i gendarmi impartissero un addestramento militare agli allievi hutu di sesso maschile affinché potessero cercare i sopravissuti".

Don Emmanuel nega: "Io non ero più ufficialmente il direttore della scuola, perché intanto il vescovo mi aveva tolto la responsabilità, chiedendomi però di restare per aiutarli. Con due gendarmi ingaggiati dalla diocesi - ha proseguito il sacerdote - andammo dal vescovo per avvertirlo del pericolo imminente e subito fu organizzata un'autocolonna per la mattina successiva. Volevamo portarli via e così cercare di salvarli. Invece, quando stavamo per partire, arrivò la notizia che il massacro era stato già compiuto". Don Emmanuel, ordinato sacerdote nel 1989, è in Italia da oltre 15 anni e, prima di essere trasferito a Empoli, è stato impegnato anche in una parrocchia fiorentina.

Dopo il suo arresto, il 20 ottobre, su mandato di cattura internazionale emesso dalle autorità ruandesi, sono stati disposti gli arresti domiciliari in una struttura fiorentina per il sacerdote, mentre il Rwanda ha manifestato l'intenzione di chiederne l'estradizione. La curia fiorentina, guidata dal cardinale Giuseppe Betori, ha espresso la propria fiducia nella giustizia e nel sacerdote: "Siamo fiduciosi nella giustizia, abbiamo ascoltato le sue ragioni, lui si e' sempre dichiarato innocente, e la sua versione ci sembra plausibile".

Uguale disinteresse meritano il Tibet e il Dalai Lama. Quest'ultimo, in visita in Italia, non è stato ricevuto da Benedetto XVI. Forse perchè il Vaticano è coinvolto in delicate trattative con la Cina, dove i cattolici sono costretti in semiclandestinità; forse perchè il Dalai Lama, sulla polemica sull'esposizione del crocifisso nei luoghi istituzionali, ha affermato: "Siamo ormai in una società multietnica e multireligiosa, bisogna rispettare la sensibilità di tutti, compresa quella dei laici, senza imporre inutili e ingiuste sofferenze a nessuno."
Una posizione molto, molto vicina a quella della chiese protestanti italiane, ma ben lontana da quella della Chiesa cattolica.

Amir Bukvić - Aristotele a Bagdad




http://www.lulu.com/content/libro-a-copertina-morbida/aristotele-a-baghdad/7667068

Amir Bukvić in Aristotele a Baghdad porta il lettore nel lontano passato, nell’età d’oro di Baghdad. Si serve di circostanze e situazioni remote che operano simbolicamente per esprimere problemi, rapporti e limiti del mondo contemporaneo e che rimandano alla sua tormentata Bosnia. Un re «illuminato», desideroso di conoscenza e di cultura, per chiarire i sui suoi dubbi filosofici, riunisce intorno a sé i migliori pensatori, filosofi, scienziati del regno, noncurante sia della loro nazionalità, che della loro religione. Aristotele diventa per questo re e per i personaggi che lo circondano lo stimolo per ogni riflessione.
Questo testo parla di un mondo mistico e magico allo stesso tempo, di quei territori in cui si incontravano tutte le religioni e culture ma do-ve avvenivano anche i più grandi conflitti. Bukvić si chiede, allora, se il tempo e gli eventi ritornino sempre uguali a se stessi, si addentra in quegli spazi e cerca delle risposte che lo aiutino a comprendere la con-temporaneità, la ciclicità della storia.
L’incomunicabilità è uno dei temi del dramma. In esso si percepisce la volontà di credere in un mondo in cui la convivenza tra le culture di-venti possibile. La conoscenza dell’altro sembra essere l’unico cammino per il raggiungimento di tale scopo.
Le parole commedia e tragedia diventano la chiave di lettura della nostra realtà. Afferma Bukvić: “Non voglio parlare di nazionalità, delle persone che vivono in quei territori. Tutti devono cercare di capire il significato di quelle due parole. Quando verrà scoperto il loro significato allora ci sarà possibilità di dialogo. Tutto ciò che avviene intorno a noi sono tragedia e commedia, dall’inizio dell’umanità fino ad oggi. La non conoscenza del loro significato nel senso più profondo della parola rappresenta la non conoscenza del dialogo.”

Bambini rom Una riflessione sugli immigrati.



Fonte:
http://www.agoravox.it/tribuna-libera/article/i-bambini-rom-11039

In questi ultimi tempi si sente tanto parlare dell’immigrazione in Italia e delle sue conseguenze. Non c’è giorno in cui non si parli di aggressioni, furti e violenze da parte di extracomunitari, regolari o clandestini che siano.

Si punta sempre, a torto o a ragione, il dito accusatore su questa gente, che si aggira per le vie delle nostre città, turbando la tranquillità ed il quieto vivere delle nostre famiglie. I cittadini, anche quelli ben disposti all’accoglienza, cominciano a nutrire forti dubbi sulla cosiddetta "integrazione", e hanno paura, si barricano nelle case, evitando di uscire la notte per non fare brutti incontri.

Mai come in questo periodo si è tanto parlato di violenza sulle donne da parte di extracomunitari, di sfruttamento della prostituzione minorile e di spaccio di droga ad opera di bande straniere malavitose.

Gli immigrati in Italia hanno raggiunto, in pochi anni, il 7% della popolazione, e di questo passo, in mancanza di adeguata regolamentazione, si raggiungeranno presto percentuali significative e preoccupanti. E in molti italiani, pur consapevoli che esistono, fra gli altri, extracomunitari onesti e lavoratori, si è insinuato il germe della rabbia, che finisce sempre per alimentare comportamenti di intolleranza, se non di vero e proprio razzismo. Ne fanno le spese soprattutto gli albanesi e i rumeni.

Eppure, se si riflettesse serenamente e senza pregiudizi, basterebbe conoscere o anche osservare con attenzione una qualunque famiglia di immigrati, con i loro bambini dallo sguardo pulito e innocente, per provare uno strano senso di smarrimento, di profonda comprensione e solidarietà. E anche di colpa.

L’altro giorno, il "Corriere della Sera" ha riportato la lettera di un lettore di Milano che, per circa un anno, ha avuto insediato nel suo quartiere un campo di rom rumeni, sgomberato nei giorni scorsi in seguito alle pressanti ed aspre proteste dei residenti.

"Da residente della zona", scrive il lettore del Corriere, "dovrei essere contento perché non ci saranno più queste persone, trasandate e senza lavoro, che fanno paura quando si incontrano la sera nei viali, e che vivono di elemosina e di espedienti. In realtà, invece, sono triste. Nei giorni scorsi ho visto dei genitori rom portare i figli nel parco sotto casa mia, staccare uno dei tubi per l’irrigazione del prato e lavare i bambini così, all’aperto, davanti agli occhi di tutti. Sul momento son stato preso da un impeto di rabbia e avrei voluto allontanarli, indignato. Poi ho pensato ad un padre che, per lavare i propri figli, è costretto ad umiliarsi in questo modo perché nel campo dove vive non c’è acqua e non ha altri mezzi per cercare una sistemazione migliore. E mi sono fermato".

La lettera prosegue: "Il giorno dello sgombero ho visto i bambini rom piangere perché non andranno più a scuola, non vedranno più i compagni e le maestre. Quando sono arrivati, lo scorso anno, questi bimbi non conoscevano una parola di italiano. Li vedevo arrivare nella scuola elementare di mia figlia ed erano spaventati, con lo sguardo preoccupato, e non volevano separarsi dai genitori. Anche i genitori erano timidi e si tenevano in disparte quasi come se si vergognassero di avvicinarsi ai residenti. Dopo qualche mese erano cambiati, sia i grandi che i piccoli. I bambini rom erano felici e giocavano con gli altri bambini. Accompagnando mia figlia a scuola, la vedevo correre incontro alla sua nuova amichetta che viveva in una casa con le ruote. Le vedevo abbracciarsi strette, prendersi per mano e raccontarsi le avventure del giorno prima. Anche i genitori rom sorridevano, ma sempre con una vena di malinconia".

Infine, il lettore si domanda: "Che sarà ora di queste famiglie? Dove andranno questi bambini? Che cosa si può fare per loro?". Tutti interrogativi destinati a rimanere senza risposta, non solo per i bambini rom, ma anche per tutti i bambini che per fame o per sventura sono costretti ad insediarsi, con i genitori, in Paesi stranieri e ne vengono, senza colpe, continuamente cacciati.

Questa lettera è comunque un messaggio semplice e sincero che apre alla speranza, specialmente in questi tempi di grande confusione sul grave problema dell’immigrazione. E non solo per coloro che vengono tacciati di superficialità o di buonismo.

"Dovrei essere contento", conclude il lettore, "perché il mio quartiere è tornato alla normalità. Invece mi viene da piangere".

Viene in mente, per antitesi, un libro che circola in Italia, intitolato "Tornerò a Casablanca", che narra le vicende di un emigrante che sogna di tornare al suo Paese col suo bambino perché convinto che non vi sia futuro per lui, lontano dalla sua gente.

domenica 22 novembre 2009

Somalia: sufi in trincea, di Ugo Borga, Matteo Fagotto e Giampaolo Musumeci



Fonte: http://www.nigrizia.com

Forse per la prima volta il movimento islamico moderato, di matrice sufi, si arma e combatte. «Ci battiamo contro la creazione di uno stato islamico fondamentalista. Il nostro obiettivo è cancellare i gruppi estremisti».

Il luogo dell'appuntamento con i vertici locali dell'Ahlus Sunnah Wal-Jama'at rimane segreto fino all'ultimo. Una casa, in centro città. Ci accolgono tre persone, circondate da un pugno di uomini di scorta. A parlare è Sheik Mohamed Sheik Yusuf, portavoce, con ogni probabilità, del primo gruppo sufi combattente che la storia ricordi.

Ahlus Sunnah Wal-Jama'at è un movimento islamico, moderato, nato negli anni Novanta dalla fusione di alcune confraternite sufi , come la Ahmadiyya e la Qadiriyya. I sufi appartengono a una rete internazionale di mistici religiosi, la cui attività è essenzialmente la pratica e la diffusione della parola del Profeta.

Come e perché questo gruppo religioso ha deciso d'imbracciare le armi?

Nel nostro paese operano organizzazioni fondamentaliste straniere con diversi scopi, il primo dei quali è la creazione di uno stato islamico fondamentalista in Somalia. Queste milizie considerano gli islamici moderati dei traditori della parola del Profeta, mentre sono esse stesse a male interpretare il Corano. Hanno bruciato le nostre case, profanato le nostre tombe, ucciso i nostri fedeli. Abbiamo deciso di combattere per difendere le nostre vite, la nostra libertà religiosa. Il fondamentalismo islamico è un elemento estraneo alla cultura somala. Le forze militari di cui disponiamo sono particolarmente attive nella regione del Galmudug (insieme delle regioni del Galgududd e del Mudug, ndr).

Come avvengono gli arruolamenti? Dove si trovano i campi di addestramento delle milizie di Ahlus Sunnah? Chi vi fornisce le armi?

Gli arruolamenti avvengono su base volontaria nelle scuole coraniche e tra i fedeli. Nessuno è costretto ad arruolarsi con la forza. Non accettiamo candidature da minori di 18 anni. Per ragioni di sicurezza, non possiamo rivelare le posizioni dei nostri campi di addestramento.

In questo momento i nemici del Tfg sono i vostri nemici. Il sostegno al governo di transizione di Sheik Sharif Ahmed è determinato da circostanze contingenti o da convergenze ideologiche e politiche?

Ahlus Sunnah non combatte per scopi politici. Il nostro unico scopo è la totale cancellazione dei gruppi fondamentalisti che operano nel paese. Non ci fermeremo fino a quando questo obbiettivo non verrà raggiunto. Il nostro appoggio al governo di transizione è determinato dall'esigenza, evidente, di riportare ordine e pace nel paese, dilaniato da una guerra civile che dura da vent'anni. Appoggeremo chiunque sia promotore di un ordine sociale stabile e della costituzione di un paese islamico moderato e democratico, indipendentemente dal clan di appartenenza.

La vostra capacità militare attuale è comparabile a quella delle milizie fondamentaliste contro cui combattete?

Abbiamo riportato alcune vittorie, che non possono definirsi decisive, ma che hanno indebolito l'influenza di al-Shabaab nella nostra area. La capacità militare, tuttavia, non è l'unico dato su cui fare riferimento. Noi combattiamo per ragioni che il popolo somalo comprende e in cui può identificarsi. Noi esistiamo da sempre. Il fondamentalismo islamico è un fenomeno recente, destinato a scomparire.

Italiani senza cittadinanza, di Luca Bolognesi



Fonte: http://www.nigrizia.com

Una legge del 1912, incentrata sul diritto di sangue, non consente a decine di migliaia i figli di immigrati di diventare cittadini italiani a tutti gli effetti. Ma c’è chi sta lavorando per modificare questa situazione.

Queenia Pereira de Oliveira è una ragazza di 23 anni: padre nigeriano, madre brasiliana. Vive in Italia da quando aveva 4 anni e 364 giorni. Ha compiuto tutto il percorso scolastico qui ed è ora iscritta all'Università della Sapienza di Roma dove studia scienze politiche. È a tutti gli effetti una ragazza integrata, ma non è italiana.

Spiega Queenia: «Mi considero una cittadina mancata. In tutta la mia vita sono stata all'estero due volte per tutti i problemi burocratici che conseguono. Da quando ho 5 anni ho convissuto con i permessi di soggiorno e le file interminabili. A 18 anni non ho potuto scegliere di prendermi un anno sabbatico: iscrivermi all'Università era l'unica opzione per rinnovare il mio permesso di soggiorno».

Questa è una delle testimonianze portate alla conferenza organizzata ieri, alla Camera dei deputati, da "Rete G2 Seconde Generazioni", un'organizzazione di figli di immigrati e rifugiati nati e cresciuti (o solo cresciuti) in Italia, ma senza cittadinanza. Il tema centrale è stata la presentazione della proposta di legge Granata-Sarubbi (Fabio Granata, Pdl) e Andrea Sarubbi, Pd, primi firmatari della proposta) che intende modificare la legge 91 del 1992 sulla cittadinanza. A riguardo il deputato del Pdl Fabio Granata è molto chiaro: «Questa legge è un tassello di civiltà necessario per costruire una nuova Italia. È una proposta che si inscrive in una grande tradizione di accoglienza come è quella italiana. Non sarebbe pensabile una grande civiltà come la nostra senza il mix culturale che ha contraddistinto la nostra penisola fin dall'antichità».

Al 31 dicembre 2008, ci dice il dossier statistico immigrazione di Caritas-Migrantes, gli stranieri regolarmente residenti in Italia sono oltre 4 milioni, circa il 6,5% della popolazione. Nello stesso anno, i nati da entrambi i genitori stranieri sono 72.472, cioè il 12,6% delle nascite registrate in Italia. Eppure la legislazione del nostro paese prevede la prevalenza della ius sanguinis che concede la cittadinanza diretta ai figli di genitori italiani. La legge 91 sulla cittadinanza risale addirittura al 1912 ed ha acquisito la nuova nomenclatura in seguito all'ultima modifica. Si è poi spesso parlato di modificarla e superarla, ma i progetti sono sempre stati rimandati.

Ora i tempi sembrano finalmente maturi. Molto importante per la proposta è il fatto che i firmatari coprano quasi tutto l'arco parlamentare. Ci sono 20 deputati del Pd, 20 del Pdl, 5 dell'Udc e 5 dell'Idv. Ovviamente la Lega rimane contraria su tutta la linea, anche se, secondo chi propone le modifiche, ci sarebbe uno spiraglio. «Se la parte sul dimezzamento degli anni necessari per acquisire la cittadinanza (da 10 passerebbero a 5, ndr) - spiega Granata - è particolarmente osteggiata da Lega e gran parte del Pdl, spiragli ci sono sull'introduzione dello ius soli temperato, cioè la possibilità per chi è nato in Italia di acquisire la cittadinanza italiana anche se i genitori sono stranieri: qui la Lega non potrà porre un veto determinante».

Oltre all'introduzione dello ius soli, quindi, la proposta Granata-Sarubbi intende ridurre gli anni necessari per ottenere la cittadinanza da 10 a 5. A fronte di questa diminuzione verranno richiesti nuovi requisiti che non siano solo quantitativi a chi chiede la cittadinanza: bisognerà verificare la residenza e la reale integrazione linguistica e sociale dello straniero con un test sulla cultura italiana. Inoltre sarà necessario prestare giuramento sulla Costituzione.

«Questo testo di legge - spiega Lucia Ghebreghiorges, rappresentante di G2 - accoglie molte delle nostre richieste. Noi ci accontentiamo: l'importante però è che passi in tempi brevi». Queenia, in poche parole, riassume il sentimento di tutti i ragazzi che come lei vivono da italiani senza esserlo: «Si parla di precarietà del lavoro, ma per noi figli di immigrati viene ancor prima la precarietà dei diritti».

sabato 21 novembre 2009

Canto sefardí andalusí de Marruecos


Françoise Atlan canta la canción Cantiga morena en Shada al-alhan.

Fonte: http://www.webislam.com/?idv=1903


WebIslam

Ashough Em: música tradicional judía de Armenia


WebIslam

lunedì 16 novembre 2009

Mezquita de Córdoba, Amor, no te rindas



Fonte:
http://foroabenhumeya.blogcindario.com/2009/08/00263-ole-la-gracia-de-malaga-brindis-de-vino-y-sangre.html

En relación a las declaraciones del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, referidas a que Córdoba será capital mundial del "ecumenismo", sin hacer extensivo este término a las otras dos grandes cosmovisiones abrahámicas universalistas, musulmana y judía, rechazamos por completo el uso tanto sectario como excluyente de su visión pseudo-ecuménica; miopía colateral a la del cerril caciquismo del obispado de Córdoba, manifestada también sin pudor en prensa -prohibiendo orar (¿¡sic!?) a no cristianos-, el cual da la impresión que en vez de llamar a una dimensión espiritual y hermanamiento de los convecinos, le pone mucho más emular el fanatismo del búnker de la cancillería del Reichstag en 1945.

Para completar el esperpéntico cuadro aparecen además destacados "socialistas" dándoselas de cristianos entre el Alminar, los Arcos de herradura y el Mihrab, en la ciudad de Medina-Azahara. ¿Alguien podría dar más hasta por Cádiz en carnaval?

¿Y es que terminaremos alcanzando el "síndrome de Estocolmo" colectivo? ¿Se ha conseguido ya secuestrar el alma de todo un Pueblo...? Un estado extranjero, el estadúnculo vaticano (donación del dictador fascista Benito Mussolini) y sus babosos palmeros, presuntos nacionalistas españoles, insultan a todos aquellos que dejaron sus vidas en laicas fosas anónimas, en las cunetas ensangrentadas de la aconfesionalidad, tanto en la guerra como en la posguerra inciviles, luchando hasta el último aliento por alcanzar los derechos que cualquier ciudadano del continente considera ahora normales. En sus países, claro. Salvo aquí.

En nuestra Córdoba olvidada, jamás perdida, se ve ante que poder fáctico se inclinan los autodenominados "comunistas" de sacristía, los monaguillos "socialistas" tiralevitas y los supuestos conservadores "europeos", democracia de alzacuellos y escapularios falangistas al viento, rojas o pardas cortesanas de campanario. Inquisiciones nacionalistas españoleras besando sumisamente el anillo pastoral del purpurado amo de un cortijo, antes llamado Mezquita de Córdoba, símbolo prostituido de las Tres Culturas, hipoteca perpetua de los andaluces al capellán castrense del señorito castellano, vergüenza eterna de toda la Humanidad. Si queremos conocer nuestra Historia obligan a pagar a la mayoría de los andaluces y a todo visitante del Sagrado Templo de emires y califas, en metálico, a Roma. No, no se trata de un mal chiste de "Axterix el galo", evidencia las tragaderas de boca de alcantarilla de ciertos funcionarios rojigualdos del imperio o de las que se escandalizan ante el "sexismo" y van detrás de la procesión infamante de ese estado papista -repito, extranjero- en el que sólo los hombres mandan, que prohibe a las mujeres participar de su totalitario poder en el mismo lugar donde se martirizó a la "papisa" Juana, descuartizada por sus fieles, oficioso e histórico auto de fe sin encubridora capillita ni simulacro de tribunal. "Sancho, cuidado...", Aldonza Lorenzo, cuerpo a tierra.

La Mezquita de Córdoba no morirá convertida en un chiringuito del "santo" oficio, a pesar de vuestros esfuerzos, hipócritas; al igual que una Caja de Ahorros andaluza donde depositen sus ahorros padres de familia y trabajadores con su sudor, a los que después de haber vampirizado, letra a letra, tantos años fusilan su vivienda y se la apropian, aprovechando sin el menor escrúpulo esta penosa recesión, con la complicidad de tantos politicastros de alquiler. No, resultaría escandaloso hacer corresponsables a los contribuyentes de sus impagos, pérdidas o deficiencias de gestión, del mismo modo que el gran capital que durante los años de bonanza fue a parar en exclusiva a los bolsillos de un selecto club privado, no quisieron compartirlo o invertirlo creando riqueza. No y no, una Caja, motor del desarrollo de nuestra tierra, no compromete jamás a servir a la arbitrariedad anticonstitucional, a sostener los privilegios ilegítimos de aquellas siniestras sotanas que hace no mucho bendicieron a los escuadrones de la muerte clerical-franquistas. La sonrisa de todo Presidente de la Junta de Andalucía digno implica siempre, al mismo tiempo, firmeza frente a los que pretendan embolsarse beneficios ilegítimos; en manera alguna supondría doblez jesuítica y compadreo cínico con chacales revestidos de piel de cordero.

Comprobemos todos y todas, andaluces o no, los tentáculos foráneos del terror romano apropiarse de forma mezquina, patética y egoísta de un Patrimonio de la Humanidad, la Mezquita de Córdoba, la cual obtuvieron a sangre y fuego, mientras presumían entre su corte de borregos y mercenarios de su "buen Jesús", manipulado en vano para justificar su avarienta villanía y sus atroces masacres por el orbe de punta a punta. Tal vez encontréis en este momento la amilanada complacencia de los débiles mentales, de los que buscan encubrir inútilmente sus corruptelas y de los que se sienten "culpables" por no creerse ya seres humanos: esa tropa zombi de carcamales alienados a los que un enano dictador matarife del Ferrol dejó sin infancia y por ello anhelarían legarnos su rancia podredumbre vengativa. Esos que aplauden la discriminación de las minorías, ideológicas o étnicas, y permiten llenarse los bolsillos a las curianas usureras. A carcajadas se están riendo de la ciudadanía gran número de chupópteros sueldo-fijos, o pensioncitas aseguradas, despreciando incluso a su gente, jugando a mal disfrazados funcionarietes del pesebre nacional-católico.

La Puerta del Perdón de la Mezquita de Córdoba acoge al creyente y al agnóstico, al religioso o al ateo, a todas las culturas, sensibilidades, estéticas o razones. Tal es la Grandeza. Por ello hay que salvaguardar para las generaciones futuras, evitándose así el atroz ejemplo, esa inicua catedral bochornosa, destructora del cuerpo central del mayor templo islámico del mundo en su tiempo; porque representa el paradigma de la barbarie absoluta, junto con las tumbas malditas allí presentes de los que ordenaban torturar y quemar viva a la discrepancia; al lado del recordatorio laureado en mármol de los frailes que fueron ajusticiados por pertenecer a una iglesia que, brazo en alto e impasible el ademán ostenta el triste record -y así se enseña allende Pirineos a cualquier escolar del continente, excepto perrunos docentes triperos- de haber amparado las mayores matanzas en tiempo de paz de toda Europa, dentro y fuera de las cárceles del exterminio de su glorioso movimiento nacional. No penséis que el silencio implica ignorancia. Tal es la Grandeza del Islam. Os invitamos a todas y todos, también a vosotr@s cobardes cómplices de tantos genocidios, a pasar por la Puerta del Perdón de nuestra Aljama, mas nunca por la del olvido. Tal es la Grandeza del Islam de Al-Andalus.

Escuchad el armonioso canto del almuédano, no acallado por los cencerros de los sobreros que maltratan aún a nobles toros o pastores afganos en sus mataderos circenses; no silenciado por los que disfrutan con las torturas, encarcelamiento y masacre de personas o animales, del mismo modo que antes lo hacían en la pira de la Plaza Mayor, tras pasar por el dominico potro de tormento. ¡Cuánta sangre se ha vertido, Córdoba; cuánta en las Sierras y Campiñas de las Andalucías, desde Manila a la Plaza de las Tres Culturas! ¿Por qué dejáis expoliar a los herederos de los verdugos lo que únicamente pertenece al Pueblo?

Verde Campiña, Sierra de blancas nubes, Uadi al-Quivir... Por ti no nos importa la muerte, Mezquita de Al-Andalus, ensueño de Amor vivo. No te rindas. Despierta...

¡Viva Al-Andalusia libre de las cadenas vaticano-españolistas!

Andalucía, 15 de octubre de 2009
AL-HAKAM RODRIGUEZ
FORO ABEN HUMEYA

Moriscos y gitanos en minoría, Cristina Cruces Roldán


(...La hipótesis arranca fundamentalmente de la propuesta teórica que formulara Blas Infante en Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo, una recopilación de textos sueltos de la década de 1930 publicada ya en 1980. Infante sitúa el ámbito cronológico de nacimiento del flamenco en una franja de dos siglos -desde el segundo cuarto del XVI al último cuarto del XVIII- y atribuye su gestación a lo que denomina “una conmoción social disgregante del conjunto social al que sirvió de expresión”. Su teoría es que la música lírica y coral del medievo se pierde en el siglo XVI para reaparecer en el XVIII “afectada por una extraña técnica y en poder de los gitanos” (11). De ser lírica, coral y monódica, pasa a ser un melos dramático, y en ello interviene el doble sendero de reproducción histórica de aquellos sones: la vía palaciego-eclesiástica, y la vía popular. Según Blas Infante, es el colectivo musulmán “del que venía” el que conserva sus músicas a salvo de las persecuciones y la expulsión; son los moriscos y mudéjares que quedaron, dedicados básicamente al cultivo de la tierra, quienes patrimonializaron la vía popular. Expulsados entre 300.000 y 1.000.000 de moriscos a principios del XVII, según su estimación, gran parte de ellos corren a refugiarse en lugares donde no eran conocidos (si hablaban bien el castellano), o a ocultarse en sierras y emplazamientos inaccesibles. Muchos regresaron del exilio a la que siempre tuvieron por su tierra. A su vez, en esas fechas, gran número de gitanos vagaban por el solar andaluz como bandas itinerantes o comunidades dirigidas por jerarcas y también perseguidas. En este contexto, todos los parias se comprendieron y reconocieron como iguales, lo que facilitó el acogimiento de unos por otros en una común situación de ilegalidad y hostigamiento.Expulsados y sin querer abandonar la que era su patria, no es desarbolado aceptar con Blas Infante que se refugiarían en algunas caravanas de gitanos. Así fue como moriscos y gitanos quedaron asociados en un mismo cuerpo, y aquella música y las danzas que hacían todos ellos se vinieron a reunir bajo la denominación flamenco, que sería una simplificación de la expresión árabe felah-mengu, esto es, “campesino huido”. Porque labradores huidos eran los unos, y errantes acosados los otros. “Grupos heterodoxos a la ley” cuyo nombre no trascendería hasta el siglo XIX por el peligro que comportaba la nominación pública de estos sujetos. Como se comprueba, la hipótesis arabista se impone sobre la gitanista: “Comienza entonces la elaboración de lo flamenco por los andaluces desterrados o huidos en los montes de África y España… La gran estirpe creadora, reducida a la condición gitana” (12), escribirá Infante.
En este contexto, hay que recordar que los gitanos habían entrado en España a mediados del siglo XV, y ya en los tiempos de la expulsión de los moriscos habrían absorbido, como afirmaba Turina, algunos de los cantes y bailes andaluces, amoldándolos a su forma de hacer, a su sensibilidad y a sus tradiciones musicales y plásticas. Los hechos históricos que se aducen para defender la confusión final de ambos grupos étnicos se centran en el refugio que un número considerable de los moriscos expulsados buscó en diversas ciudades de la Baja Andalucía, sobre todo en el valle del Guadalquivir y en particular en Triana. Cierto embajador marroquí que visitó Andalucía en 1690-1691 afirmó haber visto moriscos a su paso por Sevilla, Lebrija, Jerez, Utrera. Marchena, Linares y otros núcleos donde, no debe ser casualidad, se dan hoy algunas de las máximas densidades de gitanos de Andalucía. En este viaje, como señala J. Gelardo, se da cuenta del estado de miseria y el agrupamiento como tribus nómadas de estos moriscos, y, con ocasión de una fiesta de recibimiento con acompañamiento instrumental que se les dio, se menciona cómo “un grupo de estas mujeres tenían entre sus manos unas guitarras. Su canto es diferente del de los cristianos que viven en las ciudades civilizadas”. Ello lleva al autor a sugerir una continuidad en la tradición cantaora de toque y baile moriscos que sería basamento del flamenco posterior (13).La cuestión adquirió una complejidad de la que ya se advierte en algunas denuncias inquisitoriales de la época, donde se da cuenta de la confusión de moriscos camuflados. J.L. Navarro recoge un informe del Consejo de Estado de 1610 donde se dice literalmente que “Ay presunción que muchos de los que abundan como gitanos son moriscos”, así como la confirmación de algunas confesiones y procesos inquisitoriales entre unos y otros. Una fusión que no sólo se produciría entre gitanos, sino también entre “tropas de mendigos,… peregrinos, maleantes y bandidos” (14). En su opinión, “Algunos trataron de quedarse entregándose como esclavos a particulares, otros se internaron en las sierras, se hicieron bandoleros, se mezclaron, probablemente, con bandas de gitanos… hasta una integración en los bajos fondos, incluida la población gitana” (15). Y añade: “Ya es bastante significativo que moriscos y gitanos compartan los nuevos apellidos castellanos…,como lo es el hecho de que aquellos lugares enclaves donde hubo una mayor población morisca sean, precisamente, en los que se asentó el mayor número de gitanos: Albaicín,… Las Alpujarras,… Triana, Lebrija, Marchena, Utrera… y Jerez de la Frontera” (16).

La cuestión radica, al decir de M. Barrios, en que, si no fue a través de la fusión de ambos grupos –a la que colaboraría hasta el “color de piel”- no se explica que no exista más rastro de los moriscos en la documentación de la época. ¿Cómo, si no a través de la mezcla, se puede explicar lo que califica el autor como la “espectacular desaparición de los moriscos” de los que, en estimación de J. Gelardo, aún habrían quedado en Andalucía 186.000 efectivos después de la expulsión? (17) ¿Y cómo explicar el hecho de que aparezcan de pronto –20 o 25 años después de su destierro- tantos gitanos dedicados a las faenas agrícolas, cuando siempre fueron un pueblo ajeno al cultivo de la tierra? Pues, simplemente, porque –como relatan las leyes contra los gitanos- la mayoría de ellos “no lo son de nación” (1619) sino que se llaman a sí mismos de tal modo (18).

En definitiva, algunos de los moriscos expulsados quedarían en Granada y sus descendientes seguirían practicando sus costumbres de forma más o menos clandestina. Otros volvieron a España de forma oculta, como se menciona en el episodio de Ricote de El Quijote, publicado en 1615 (19). A su vez, parece probado que muchos grupos de gitanos se asentaron en barrios que habían sido de población morisca en toda Andalucía, y que los gitanos hicieron suya no sólo la práctica de cantes y bailes sino también variados oficios de pequeña producción, producción y distribución de alimentos, y otros considerados viles por ser mecánicos o tratar del despiece de animales, la venta directa de productos, etc. Muchos de ellos habían sido propios de moriscos, especialmente el de herreros, lo cual ha llevado a relacionar la “modesta ferrería gitana con la morisca” (20). J. de la Plata, analizando el caso de Jerez, sostiene que estos moriscos se mezclarían con los gitanos que empezaron a asentarse en las afueras, lo que entonces eran arrabales de Santiago y San Miguel (barrios flamencos por excelencia), aunque como tales moriscos desaparecen oficialmente y ya en el siglo XVI y son los gitanos quienes encarnan los papeles de herradores, vendedores de menudo, caldereros, canasteros, lateros, corredores de bestias, vendedores ambulantes y otros. Ya se había formado, en opinión del autor, una población marginada común y mezclada, con lo cual “el arte flamenco fue posible gracias a estos entronques entre gente de raza prieta, morisca y, posteriormente, gitana” (21).
El tránsito de una música polifónica, coral y lírica a otra solitaria individualista y dramática tendría que ver con todo esto: los moriscos se unieron a los gitanos porque sobre ellos no pesaban ni la expulsión ni la muerte, y a través de su música consiguieron encontrar un modo de presentar su pena y afirmar su espíritu.)

Xenofobia e razzismo



Fonte:
http://www.unimondo.org/Guide/Politica/Xenofobia-e-razzismo/(desc)/show

Infermieri e domestiche e badanti di vecchi e bambini, quello che abbiamo di più prezioso (e di prostitute, addette ad altre cure corporali), e lavoratori primatisti di morti bianche, e li chiamiamo delinquenti e li additiamo alla paura. Ci sono centinaia di migliaia di persone che aspettano la regolarizzazione secondo il capriccio dei decreti flussi, e intanto sul loro lavoro si regge la nostra vita quotidiana. (Adriano Sofri)

Introduzione

Il razzismo è una teoria che sostiene la suddivisione degli uomini in razze e caratterizza la specie umana come composta da una razza superiore ed altre inferiori che, in ragione di tale distinzione, vengono discriminate e perseguitate. In senso più ampio e nell’uso comune, si può parlare di razzismo per indicare gli atteggiamenti di insofferenza e pregiudizio nei confronti di chi manifesta un’identità etnica, culturale o sessuale diversa dalla propria.

La biologia considera tutti gli esseri umani appartenenti ad una sola razza per l’elevatissima omogeneità a livello di geni conseguente al discendere tutti da un limitato numero di antenati, visto che l’evoluzione umana è molto recente. Le teorie razziste di ogni tempo hanno diffuso ideologie falsamente scientifiche contrarie a questa premessa. Il razzismo, in senso forte, afferma la suddivisione degli uomini in razze e caratterizza la specie umana come composta da una razza superiore ed altre inferiori.

Si può parlare anche di un razzismo in senso debole; esso è dato dagli atteggiamenti di intolleranza, discriminazione e violenza nei confronti di individui o gruppi di persone identificabili in base alla loro cultura, etnia, lingua, religione, sesso, sessualità o caratteri fisionomici. In questo caso è più corretto utilizzare il termine xenofobia.

2. Razzismo e xenofobia nella storia

La storia del razzismo e della xenofobia pare tanto antica quanto quella dell’umanità poiché gli atteggiamenti di discriminazione e intolleranza hanno sempre avuto la funzione di rinsaldare su basi etniche e culturali le comunità politiche contro i presunti nemici (gli stranieri, i diversi, …). Se prevalentemente le teorie razziste sono state rivolte alla persecuzione di neri ed ebrei, il fenomeno discriminatorio e xenofobo ha riguardato la maggior parte delle etnie. Seguendo l’evoluzione storica di popolazioni e civiltà si può rilevare che gli incontri tra culture differenti si sono verificati principalmente in maniera violenta e forzata: i grandi movimenti migratori, infatti, hanno sempre avuto alla base necessità quali fuggire da fame e miseria o rifugiarsi lontano da guerre, persecuzioni. Nei secoli, gli individui hanno per lo più evitato e respinto l’idea di riconoscere a uomini appartenenti ad altre culture pari dignità e diritti. Si può dunque affermare che la storia degli uomini è segnata da razzismo e xenofobia.

Il mondo greco è caratterizzato dalla contrapposizione tra greci e barbari, tra la cultura della libertà e della legge e quella del dispotismo. Tale contrapposizione, che si era venuta a creare durante le guerre contro la Persia ed è il fondamento su cui Aristotele giustifica l’istituto della schiavitù. Secondo il filosofo greco, infatti, gli uomini si dividono in “liberi per natura”, idonei a comandare, e in “nati per essere schiavi”, atti ad essere guidati in quanto prettamente irrazionali. A questa seconda razza di uomini appartengono gli schiavi. Nell’antica Grecia la discriminazione è indirizzata soprattutto verso gli schiavi, mentre gli stranieri che vivono in maniera stabile in una qualsiasi polis greca, cioè i meteci hanno la libertà anche se non possono fruire di diritti politici e avendo obblighi quali versare una tassa annuale e prestare il servizio militare.

Il mondo romano è caratterizzato da un atteggiamento di disprezzo nei confronti dei barbari: nelle opere di Cicerone e Tacito ad esempio i Germani, i Galli, i Celti sono ritenuti inferiori in quanto selvaggi e rozzi. I Romani consideravano gli stranieri di cultura inferiore e soggetti pericolosi proprio perché diversi per usi, costumi e lingua. Va però evidenziato che non esistono pratiche discriminanti basate su sangue o colore della pelle.

Durante l’epoca medievale la gran parte delle discriminazioni è di tipo religioso: uomini e donne, accusati di eresia e stregoneria, sono perseguitati e spesso giustiziati dopo clamorosi e fittizi processi. In particolar modo tra i secoli XI e XIII in tutto il Mediterraneo si assiste al dilagare di violenze e scontri armati tra cristiani e musulmani, in seguito alle crociate bandite e promosse dal papato con la formale finalità della riconquista della Terra Santa e la liberazione dagli “infedeli”. Il Medioevo europeo è caratterizzato, inoltre, da ondate di persecuzioni e recrudescenza contro gli ebrei. L’avversione verso gli ebrei, già diffusa prima e dopo l’avvento di Cristo, dovuta soprattutto al loro costituire un gruppo sociale con un forte spirito comunitario e una forte identità culturale, è rafforzata dal pregiudizio religioso: nelle terre della cristianità gli ebrei sono accusati di essere il popolo deicida. L’antisemitismo diventa così la chiave di lettura di molti fenomeni: gli ebrei, costretti a vivere nei ghetti, sono ritenuti, ad esempio, i responsabili della terribile epidemia di peste che colpisce l’Europa nel XIV secolo.

Al termine del XV secolo, in seguito alle grandi scoperte geografiche, gli Europei entrano a contatto con culture e popolazioni sconosciute come i Maya, Indios, Atzechi. Gli Indios sono del tutto sconosciuti e anche nella Bibbia non si fa parola di popolazioni con tale colore della pelle e tale struttura fisica così differenti dal fenotipo noto in Europa. Vengono, quindi, giudicati ‘non umani’, esseri senza ragione, sentimento e moralità. Questa “attribuzione d’alterità” fornisce una giustificazione alla strage di decine di milioni di indigeni e allo sfruttamento dell’America latina. Un esempio simile della barbarie razzista perpetrata dagli europei è anche la tratta degli schiavi prelevati dall’Africa occidentale per esser poi riversati nelle colonie inglesi e francesi del nord America e in quelle spagnole del sud America: la giustificazione di questo crudele sfruttamento è la convinzione che le persone dalla pelle nera siano inferiori e incarnino il male. In termini di vite umane, è così che, a partire dal 1500, in tre secoli, vengono trasportate con violenza più di 10 milioni di schiavi neri, utilizzati nelle piantagioni e nelle miniere.

Con lo sviluppo delle scienze naturali, nel XIX secolo, in Europa, la situazione in termini di razzismo e xenofobia peggiora: studiosi ricercano conferme scientifiche a tutte quelle teorie di stampo razzista che, nei secoli, si sono radicate nel vecchio continente. Inoltre, non più l’idea di nazione, ma il nazionalismo, secondo cui una patria è superiore alle altre, e poi l’imperialismo, per cui è necessario giustificare il dominio dei bianchi nelle colonie, rafforzano il diffondersi delle teorie razziste.

Il conte de Gobineau diviene il teorico principe del razzismo moderno: nel 1853 egli recupera e sintetizza tutte le conoscenze “scientifiche” formatesi nei due secoli precedenti pubblicandole nel Saggio sull’ineguaglianza delle razze umane (1855). L’autore si serve di argomentazioni di varia natura: tesi antropologiche, linguistiche, storiche e culturali sono usate per sostenere l’esistenza di tre razze principali ognuna delle quali caratterizzata da aspetti fisici e legati al comportamento.

Gli scopi di de Gobineau sono: sostenere l’impareggiabile superiorità della razza bianca e tedesca rispetto ad ogni altra e trasmettere l’importanza di non contaminare tale razza con le altre, in modo da evitare incroci considerati aberranti contaminazioni con quelle che erano definite le razze inferiori. La volgarizzazione delle teorie sull’evoluzionismo di Darwin determina un’applicazione di tali nozioni scientifiche al campo sociale. Nel XIX e nel XX il razzismo porta ovunque discriminazione, emarginazione e persecuzione, ma solo con il nazismo si trasforma in progetto sistematico di morte, attraverso la teorizzazione e l’attuazione della soluzione finale, cioè lo sterminio della razza ebraica e la completa arianizzazione della Germania, in quanto gli incroci razziali determinano solo esseri deboli, degenerati sia fisicamente sia mentalmente. I principali teorici sono Alfred Rosemberg e Adolf Hitler.

Rosemberg sostiene, nell’opera Mito del XX secolo (1930), che gli ebrei siano la razza nemica e che il razzismo sia la nuova “Chiesa del popolo”. Adolf Hitler nel Mein Kampf (1934), libro in cui è esposta l’ideologia nazista, esalta la superiorità degli ariani (concetto errato di razza che indica i popoli germanici indoeuropei) e l’inferiorità delle altre razze (neri, slavi ed ebrei) e delle non razze (ad esempio gli zingari). In particolar modo l’odio verso gli ebrei si esprime con una nuova forma di antisemitismo che abbina ai forti e secolari pregiudizi di origine cattolica (accusa di aver ucciso Cristo, di sacrificare bambini cattolici al loro Dio..) una nuova connotazione fondata sulla loro presunta inferiorità genetica. Il mito della razza pura viene trasformato da Hitler in strumento di propaganda finalizzato alla costruzione di un nemico; l’odio nei confronti degli ebrei serve a rafforzare il nazionalismo tedesco e il senso d’appartenenza al Reich. Nel 1935 a Norimberga sono emanate leggi razziste per la difesa della razza ariana: esse sono rivolte all’isolamento e alla progressiva distruzione della popolazione ebraica. A partire dal 1938 milioni di ebrei europei sono deportati nei campi di sterminio (lager) e uccisi dopo aver subito un trattamento disumano. Le vittime del genocidio ebraico sono circa 6 milioni, di cui 1.500.000 bambini. Inoltre sono perseguitati ed eliminati centinaia di migliaia di omosessuali, di zingari e di portatori di handicap fisici e mentali.

In Italia anche il regime fascista che faceva del nazionalismo e della discriminazione razziale uno degli elementi di forza del regime; dopo le violenze nelle colonie di Libia e d’Etiopia, attuate anche con l’utilizzo di gas e la costruzione di campi di concentramento, e la pubblicazione del “Manifesto degli scienziati razzisti”, Mussolini decide di perseguitare gli ebrei attraverso l’emanazioni di leggi speciali razziste (1938), approvate e firmate dal Re Vittorio Emanuele III, e di un apparato amministrativo e burocratico preposto al loro adempimento. Con le leggi razziali naziste e fasciste il razzismo trova piena attuazione e realizzazione in una dimensione giuridica statuale.

Anche la seconda metà del Novecento è segnata da forti tensioni razziali.

L’apartheid (letteralmente sviluppo separato) è la dottrina razzista teorizzata ed attuata dal Partito nazionalista del Sudafrica. Essa entra ufficialmente in vigore dopo le elezioni del 1948 e si fonda sull’estremizzazione del principio dell’esclusione della maggioranze nera dalla gestione politica del Paese, già sancita dalla Costituzione del 1910. Attraverso leggi che normano gli spazi di residenza, di movimento, di lavoro, di vita e i rapporti fra bianchi, neri, meticci e asiatici, il sistema dell’apartheid consiste nella rigorosa separazione della popolazione in gruppi sociali e territoriali (homeland), con l’esclusione della popolazione non bianca dalla sfera politica e il divieto di matrimoni e relazioni miste per impedire il mescolamento biologico tra etnie. Solo negli anni Ottanta, in seguito alla tenace lotta dell’African National Congress di Nelson Mandela, alle crescenti critiche dell’opinione pubblica internazionale e alle sanzioni delle Nazioni Unite, il sistema dell’apartheid entra in crisi in modo irreversibile sino ad essere abolito il 17 giugno 1991. Devono però passare ancora alcuni anni di tensioni e violenze affinchè si svolgano, nel 1994, le prime elezioni libere a suffragio universale che sanciscono la vittoria politica dell’ANC e l’elezione di Mandela a Presidente della Repubblica Sudafricana.

Anche gli Usa sono stati teatro di razzismo di stato nel corso del Novecento. Infatti, nonostante il presidente Abraham Lincoln avesse abolito, nel 1863, la schiavitù con la Proclamazione di Emancipazione, la discriminazione nei confronti dei neri continua sino alla metà degli anni ‘60 del Novecento. In molti stati del sud, come ad esempio il Mississipi e l’Alabama, rimangono ancora in vigore leggi di segregazione razziale e ci sono gruppi terroristici, come il Ku Klux Klan, sostenitori della “supremazia bianca”, possono compiere azioni violente e omicidi con la complicità e la protezione della polizia. Solo la presa di coscienza degli afroamericani e le battaglie condotte con caparbietà dai movimenti per i diritti civili, unite all’azione e al carisma di leader anti-apartheid come Martin Luther King e Malcolm X, portano il governo federale ad abolire le leggi razziste nel 1964.

Per quanto riguarda l’Italia merita particolare attenzione il razzismo legato alle migrazioni. Tra la fine dell’Ottocento e i primi decenni del Novecento, infatti, milioni di italiani emigrano, in fuga dalla povertà e in cerca di fortuna; molti di essi sono vittima di sfruttamento, razzismo e xenofobia. Gli immigranti italiani vengono accusati di esser sporchi, criminali, terroristi e di rubare il lavoro; essi sono descritti come “topi di fogna, ubriachi e assassini”. Molti migranti ancor prima della partenza per poter ottenere un biglietto transoceanico (Australia e Usa), sono costretti ad indebitarsi con gli agenti che gestivano l’organizzazione dei viaggi.

3. Le Istituzioni oggi di fronte al razzismo

La Costituzione Italiana condanna ogni forma di razzismo all’articolo 3: ”Tutti i cittadini hanno pari dignità sociale e sono eguali davanti alla legge, senza distinzione di sesso, di razza, di lingua, di religione, di opinioni politiche, di condizioni personali e sociali”. I cittadini a cui l’articolo si riferisce sono anche tutti gli stranieri presenti nel Paese. L’articolo 42 del decreto legislativo 286/98 prevede che tutti i comportamenti che in forma diretta o indiretta, abbiano come conseguenza una distinzione, esclusione o preferenza basata su razza, colore della pelle, ascendenza, origine o convinzioni religiose siano da reputarsi discriminatorie per la legge italiana. Anche se tali comportamenti fossero non propriamente intenzionali sarebbero comunque illegittimi perché comprometterebbero l’essenza dei diritti umani e delle libertà fondamentali.

Il sistema giuridico italiano, inoltre, prevede pene molto severe per i colpevoli di razzismo e discriminazione. Con la legge n.654 del 1975 chiunque contribuisca alla diffusione di idee fondate sulla superiorità o sull’odio razziale- etnico, incitando a commettere o commettendo atti di discriminazione per motivi razziali, etnici, nazionali o religiosi, è punibile con la reclusione sino a tre anni. Chiunque invece commetta o inciti a commettere atti di violenza per eguali motivi, è punibile con la reclusione da sei mesi a quattro anni. La reclusione da cinque a dodici anni, con una multe da € 1033.00 a 10.330.00, possono spettare a chi promuova, diriga associazioni o gruppi con finalità antidemocratiche come quelle proprie del partito fascista, e che usino violenza e minacce come metodi politici propagandistici. Chi propaganda la costituzione di un movimento o di un gruppo con “finalità fasciste” esaltando pubblicamente esponenti o metodi del fascismo, è punibile con reclusione da sei mesi a due anni e con una multa compresa tra € 206.00 e € 516.00.

Inoltre la legge del 25 giugno 1993, n. 205, nota come legge “Mancino”, visti gli articoli 77 e 87 della Costituzione, ritenendo “straordinaria la necessità ed urgenza di apportare integrazioni e modifiche alla normativa vigente in materia di discriminazione razziale, etnica e religiosa” prevede di istituire efficaci strumenti di prevenzione e repressione dei fenomeni di intolleranza e di violenza di matrice xenofoba o antisemita. Questa legge è nata anche con l’intento di contrastare le tifoserie violente all’interno degli stadi e le azioni di propaganda alla violenza e alla discriminazione razziale. Tra le iniziative istituzionali bisogna, infine, ricordare che nel 2000 il Parlamento italiano ha inoltre istituito (legge 211) il Giorno della Memoria (27 gennaio), in ricordo dello sterminio e delle persecuzioni del popolo ebraico e dei deportati militari e politici italiani nei campi nazisti.

Il 1997, grazie ad una risoluzione dell’Unione europea, è stato proclamato “Anno europeo contro il razzismo”. Il trattato di Amsterdam (2 ottobre 1997) all’articolo 13 combatte le discriminazioni fondate su sesso, razza ed origine etnica, religione, convinzioni personali, handicap, età o tendenze sessuali. Nel giugno del 2000 sulla base di quello stesso articolo, il Consiglio ha adottato una direttiva per l’attuazione del principio della parità di trattamento fra le persone a prescindere dalle differenze e dall’origine etnica. Contestualmente il Consiglio ha varato un programma attuativo comunitario per combattere la discriminazione.

Il trattato sull’Unione europea, introdotto dal trattato di Amsterdam, con l’articolo 29 ha inoltre costituito una base giuridica per la lotta contro il razzismo e la xenofobia nell’ambito della cooperazione giudiziaria e di polizia in materia penale.

Con il Protocollo numero 12 alla Convenzione europea dei Diritti dell’Uomo del 4 novembre 2000 è illegale ogni forma di discriminazione attuata da enti pubblici e determinata da una motivazione qualsiasi. La discriminazione razziale è una violazione dei diritti umani, per questo è la Corte europea dei Diritti dell’Uomo che si occupa della realizzazione di tutte le disposizioni previste dal Protocollo nº 12. Gli stati che hanno aderito al protocollo ne posson far giudicare l’inadempienza dai propri tribunali.

Il Consiglio d’Europa ha anche dato vita ad una Commissione europea contro il razzismo e l’intolleranza denominata ECRI e formata da membri indipendenti. Essa è stata approvata dal vertice dei capi di Stato e di Governo dei Paesi membri del Consiglio d’Europa a Vienna il 9 ottobre 1993, per poi prender vita nel 1994 Grazie ad essa periodicamente vengono resi pubblici notizie ed analisi sui fenomeni di razzismo e di intolleranza diffusi negli Stati facenti parte del Consiglio d’Europa. L’Ecri fornisce anche indicazioni politiche destinate ai governi. In particolare tale Commissione si è espressamente rivolta al governo italiano per raccomandare alle autorità italiane l’adozione “di provvedimenti” contro ‘l’uso di discorsi razzisti e xenofobi in politica. Con l’entrata in vigore del trattato di Nizza, il 1° febbraio 2003, è stato affiancato al procedimento di sanzione già previsto dal trattato di Amsterdam un ulteriore meccanismo di “prevenzione o allarme”, con particolare riferimento alle violazioni dei diritti dell’uomo come razzismo, xenofobia e antisemitismo.

La comunità internazionale che ha adottato lo Statuto delle Nazioni Unite fin dal 1945 si è assunta l’obbligo di garantire il rispetto dei diritti umani e le libertà fondamentali per ogni essere umano a prescindere da differenze di razza, origini etniche, sesso, lingua o religione. Nel 1948, l’Assemblea Generale delle Nazioni Unite ha adottato la Dichiarazione Universale dei Diritti Umani che specifica proprio nel primo e terzo articolo che tutti gli uomini, senza alcuna distinzione, sono nati liberi ed uguali in dignità e diritti. Nella “Convenzione sulla Prevenzione e la Repressione del Crimine di Genocidio”, in vigore dal 1951, inoltre il genocidio è condannato come ‘crimine internazionale’.

Soprattutto nei primi anni Sessanta, l’Onu ha concentrato le proprie azioni in quei territori privi di Autonomia di Governo, in cui lo spegnersi del razzismo era reputato conseguente alle politiche di decolonizzazione: per tale ragione l’Assemblea Generale ha sostenuto fortemente la legittimità della battaglie di popolazioni oppresse nel Sud Africa, ed in altri paesi quali Namibia e Rhodesia. Nel 1963 l’Assemblea Generale ha adottato la Dichiarazione delle Nazioni Unite sull’Eliminazione di Ogni Forma di Discriminazione Razziale. In essa viene constatato che sebbene si siano fatti molti progressi, le discriminazioni basate su razza, colore della pelle o origine etnica hanno perseverato in maniera preoccupante. All’Articolo 1 in essa si ribadisce il ruolo fondamentale dei principi cardine dello Statuto ONU e della Dichiarazione Universale dei Diritti Umani nel costruire buone relazioni internazionali.

Nel 1965 l’ONU ha adottato la Convenzione Internazionale sull’Eliminazione di Ogni Forma di Discriminazione Razziale, strumento legalmente vincolante, in vigore dal 4 gennaio 1969. Secondo tale convenzione è da reputarsi “discriminazione razziale” ogni “distinzione, esclusione, restrizione o privilegio basato sulla razza, il colore della pelle, la discendenza o l’origine nazionale o etnica, avente il proposito o l’effetto di cancellare o indebolire il riconoscimento, il godimento dei diritti umani e delle libertà fondamentali”. Successivamente è nato anche il Comitato sull’Eliminazione della Discriminazione Razziale, un vero e proprio organo di monitoraggio nonché il primo previsto da un trattato sui diritti umani, atto a vigilare sulla reale applicazione della Convenzione: esso analizza i rapporti dei diversi Stati aderenti alla Convenzione.

Nel 1968, a Teheran, si è svolta la prima Conferenza Internazionale sui Diritti Umani: essa si è pronunciata per la criminalizzazione delle organizzazioni razziste e naziste. Il 1971 è stato per l’ONU l’ Anno Internazionale per la Lotta contro il Razzismo e la Discriminazione Razziale: ogni Stato è stato sollecitato a intensificare le azioni per sradicare la discriminazione razziale in ogni sua forma. Su invito dell’Assemblea Generale, la Commissione sui Diritti Umani ha presentato proposte per un decennio di “vigorosa e continua mobilitazione contro il razzismo e la discriminazione razziale in ogni sua forma” tra il 1973 e il 1982. In tale decennio si è sviluppata una campagna mondiale per diffondere l’educazione e intraprendere misure per l’applicazione degli strumenti previsti dalle Nazioni Unite contro la discriminazione razziale.

Nel 1978 si è tenuta la prima 'Conferenza mondiale contro il razzismo e la discriminazione razziale'; in essa è stata fortemente ribadita la falsità scientifica di qualsiasi dottrina basata sulla superiorità di una razza. Infatti razzismo e discriminazione sono ingiuste e pericolose e si rivelano contrarie ai processi di civilizzazione nonché violazioni dei diritti umani. La conferenza ha condannato l’apartheid e recriminato le discriminazioni razziali come cause di ineguaglianze economiche.

Nuovamente a Ginevra nel 1983 la seconda 'Conferenza mondiale contro il razzismo e la discriminazione razziale' ha valutato i risultati del decennio prendendo atto del fatto che razzismo e discriminazione sono piaghe ancor presenti contro cui bisogna lottare in tutte le parti del mondo. Da tale conferenza è derivata un’aspra condanna dell’apartheid, del fascismo, del nazismo e di tutte le forme di neo fascismi in quanto crimini che costituiscono minacce per la pace. Un’attenzione articolare è stata dedicata alla discriminazione subita dalle donne, dai rifugiati, dagli immigrati e in articolare dai lavoratori migranti.

Non essendo stati raggiunti gli obbiettivi del primo decennio, l’Assemblea ha annunciato un secondo decennio per l’Azione contro il Razzismo e la Discriminazione Razziale dal 10 dicembre 1983. L’obiettivo principale del secondo decennio è stato l’eliminazione dell’apartheid con l’istanza per il Consiglio di Sicurezza di prendere in considerazione l’emanazione di sanzioni vincolanti contro il Governo del Sud Africa: nel 1990 tale governo, anche grazie alle pressioni dei mass media, ha liberato Nelson Mandela e cominciato a destrutturare il sistema dell’apartheid.

Dal 1993 il terzo decennio per l’Azione contro il Razzismo e la Discriminazione Razziale è stato aperto a Vienna: è stato rilevato il proliferare di nuove manifestazioni di razzismo e xenofobia in particolare nei paesi sviluppati. Gli effetti della globalizzazione consistono anche, come emerso, in nuove pressioni sociali che necessitano di rinnovate azioni per combattere e respingere il razzismo.

Nel 2001 in Sud Africa, a Durban, si è tenuta la Conferenza Mondiale contro il Razzismo con l’obiettivo di far emergere la consapevolezza riguardo alla tragica questione del razzismo e di promuovere azioni positive a vari livelli (nazionale, regionale ed internazionale) che rechino sollievo a chi nella quotidianità subisce razzismo e discriminazione razziale. Nella dichiarazione finale delle Ong del 2001 e’ emerso anche che: “Il popolo palestinese ha diritto di resistere all’occupazione nei limiti della legge internazionale fino al raggiungimento dell’autodeterminazione”.

A Ginevra, nella primavera del 2009, e’ stato approvato dalla Conferenza Onu sul Razzismo - nota come Durban Review Conference poiché l’intento era quello di terminare i lavori iniziati nel 2001 a Durban - il documento che conferma e ribadisce la lotta all’intolleranza e alla xenofobia. Il testo finale è stato definito “un successo” dall’Alto Commissario delle Nazioni Unite, Pillay, ma è stato frutto di lunghe controversie e polemiche. La firma del documento per ribadire la lotta all'intolleranza e alla xenofobia, avvenuta con tre giorni di anticipo rispetto al calendario della Conferenza dell'Onu, è stata connotata da forti attacchi. Innanzitutto dopo l’intervento del presidente iraniano, Mahumud Ahmadinejad, che in precedenza ha definito Israele un 'regime razzista', scatenando non poche e prevedibili critiche da parte delle Nazioni Unite, la Conferenza è stata boicottata da 10 paesi. Tra i membri dell'Onu, che non hanno firmato il documento, ci sono anche Italia e Stati Uniti

4. Migrazioni e razzismo oggi

Il problema del razzismo nel mondo - oggi - è strettamente legato all’aumento delle discriminazioni a seguito dei flussi migratori e delle intolleranze nei confronti delle minoranze religiose e sessuali. Le società europee, in particolare, sono attraversate da preoccupanti spinte razziste, di carattere xenofobo, nei confronti soprattutto dei migranti, della popolazione rom e degli omosessuali. Particolarmente gravi sono gli atteggiamenti di discriminazioni nei confronti degli stranieri provenienti della aree più povere del pianeta. Di fronte alle numerose e crescenti miserie, ingiustizie economiche, guerre e corruzione, che lacerano i tanti sud del mondo, migrare rappresenta per milioni di uomini, donne e bambine l’unica strada per cercare di costruirsi un futuro di speranza, pace e dignità. La crescita della presenza di stranieri è vissuta, ma più spesso percepita attraverso i mezzi di comunicazione, da molti cittadini come una minaccia.

Pertanto, a fronte di un’apparentemente inarrestabile globalizzazione economica, si è assistito al ritorno di spinte politiche dichiaratamente nazionaliste e xenofobe e al verificarsi di episodi di violenza e di intolleranza verso gli immigrati poveri. Alcuni governi e parlamenti degli stati europei hanno varato leggi sull’immigrazione che spesso entrano in contrasto con le loro costituzioni, con il trattato di Nizza o con le carte dei diritti umani delle Nazioni.

Particolarmente complesso è il caso italiano; infatti, l’istituzione nel 1998 dei Centri di permanenza temporanea (CPT) - poi rinominati nel 2008, Centri di identificazione ed espulsione (CIE) - e l’introduzione del reato di clandestinità, approvato all’interno del cosiddetto “pacchetto sicurezza” varato nel 2009 dal governo Berlusconi, hanno sollevato molte critiche da parte di diversi settori della società civile e di molte ong italiane ed internazionali. Per la prima volta nella storia della Repubblica, uomini e donne sono di fatto arrestati e rinchiusi da 2 e 6 mesi solo per essere venute in Italia senza permesso di soggiorno; Medici senza Frontiere e Amnesty International hanno più volte denunciato, nell’ultimo decennio, le condizioni in cui vengono rinchiusi i migranti senza permesso di soggiorno e le violenze operate nei loro confronti da parte delle forze dell’ordine. Inoltre, secondo i rapporti di Amnesty International, accade che molti dei detenuti che hanno la possibilità di denunciare gli abusi di potere decidano di rinunciare ad intraprendere le vie legali mentre si trovano ancora nei Centri per paura di ritorsioni.

Bibliografia

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Ben Jelloun Tahar, Il razzismo spiegato a mia figlia, ed. Bompiani, 1999

Documenti
Buona parte dei documenti internazionali, europei e italiani possono essere reperiti sul sito del Cestim

(Scheda realizzata con il contributo di Matteo Saudino e Chiara Foà)

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