lunedì 2 novembre 2009

La identidad andaluza en el flamenco, Fermín Pérez


Fonte:
http://identidadandaluza.wordpress.com/2009/11/01/la-identidad-andaluza-en-el-flamenco/

Recientemente, nuestro compañero J. Carlos Ríos ha publicado en Atrapasueños, el libro: “La identidad andaluza en el flamenco“. Y ese es, precisamente, el primer mérito a destacar de la obra; el subrayar la raíz indiscutiblemente andaluza del mismo y engarzar su historia con la de nuestro País.

El texto es un intento de síntesis histórico-sociológica del Cante Jondo en el marco de las circunstancias político-económicas del Pueblo Andaluz. Y es que, en contraposición a las pretensiones desarraigadoras del Sistema, que aspira a desideologizarlo, aislándolo del contexto en el que se desarrolla y del que se nutre, el autor aborda la problemática flamenca entroncada dentro de lo andaluz.

Como una forma de expresión, identificación, autoreconocimiento y reivindicación del Pueblo Trabajador Andaluz. La perspectiva analizadora es inequívocamente nacionalista y de clase. Como afirma, “el flamenco es más que una música, es una expresión cultural completa, es la expresión global de un Pueblo, (…) es un marcador fundamental de la identidad andaluza”.

“yo perdí mi libertá, la prenda ke mah kería, ya no puedo perdé mah aunke perdiera la bía”

El libro aborda la temática flamenca y su conformación como signo identitario, a partir de cuatro partes englobadoras: la primera es “los orígenes del flamenco”, después “la expresión flamenca”, seguido de “flamenco e identidad”, para terminar con “evolución histórica del Pueblo Andaluz a través del flamenco”. En “los orígenes del Flamenco”, realiza una panorámica sobre las distintas influencias y aportaciones que procedentes de épocas anteriores unas y contemporáneas otras, entre finales del XVIII y mediados del XIX confluyen y se interrelacionan para dar nacimiento a la cristalización del flamenco tal y como hoy lo conocemos. Como él afirma: “el género flamenco se gesta a lo largo del tiempo, pero se codifica, se sintetiza y adquiere un lenguaje propio cuando se crea como un arte nuevo y particular, y esto no ocurre hasta la segunda mitad del siglo XIX“. En “la expresión flamenca”, aborda la propia cristalización en sí misma; los distintos palos, su clasificación, estilos y utilidades sociales. Para entrar de lleno, en la tercera y cuarta parte, en el análisis sociopolítico del flamenco como hecho identitario. En “flamenco e identidad” expone, desde obviedades negadas como el marco geográfico andaluz en el que se inscribe, o la cuna obrera-jornalera que lo amamantó, hasta las circunstancias socioeconómicas que lo impulsaron en el contexto agrario de nuestro País, destacando, por tanto, ese referente de clase sin el cual carece de pleno sentido. El flamenco adquiriría su actual conformación en “las tierras del bajo Guadalquivir, tierras donde predominaron los dominios latifundistas y donde, en consecuencia, los jornaleros contratados a tiempo eran más numerosos (…) no es casualidad que fuera precisamente en estas tierras (…) donde se manifiesta por primera vez el Cante”. A continuación analiza otras temáticas identitarias como las formas de relación social que conforma o la importancia de la lengua andaluza en sus letras. Para terminar, en “evolución histórica del Pueblo Andaluz a través del flamenco”, realiza una panorámica de la evolución del flamenco hasta nuestros días, en consonancia y paralelo con el transcurrir vital de nuestro Pueblo.

Por último, el libro concluye con un interesante epílogo de Andrés Vázquez de Sola, sobre el concepto genérico de cultura, en particular el de cultura popular, en el flamenco.

“Abramoh nueboh kaminoh
Kon pizá berdiblanka
Ke ze noh kaiga la benda
Ke loh ohoh noh tapaban”

Dada la ambiciosa meta trazada, cabría reseñar, sin que ello conlleve ánimo desmerecedor o minusvaloratativo de la obra, todo lo contrario, que teniendo en cuenta lo extremadamente sintético de su contenido, apenas constituye una brevísima introducción a la temática propuesta. No excede de unos sucintos retazos de ese mundo y la identidad latente y persistente de lo andaluz en él. Recuerda a esos “menús degustación”, en los que te ofrecen pequeñas cantidades de las distintas especialidades gastronómicas, no para saciarse, sino para permitirte elegir “con conocimiento de causa”. De igual manera, Juan Carlos nos muestra multitud de prismas de la realidad flamenca, pero apenas esbozados. Nos deja con hambre de más. No quisiéramos que se interpretase lo expresado como una crítica, sino como una invitación a realizar una próxima reedición más ampliada y pormenorizada. El tema lo merece, más aún dada la necesaria perspectiva nacionalista y de clase con el que lo acomete. Y e1 posee sobrada capacidad para asumir y superar el reto.

“…un libro imprescindible para todo aquel que quiera acercarse al fenómeno desde una visión real y global del mismo, más allá de superficialismos folclóricos y explicaciones “asépticas”…”

En definitiva, “La identidad andaluza en el flamenco”, constituye un libro imprescindible para todo aquel que quiera acercarse al fenómeno desde una visión real y global del mismo, más allá de superficialismos folclóricos y explicaciones “asépticas” y, por ello mismo, falsas. Intentar exponerlo, menos aún explicarlo, de forma descontextualizada, sin asentar los cornos y los porqués sobre bases nítidamente andaluzas y de clase trabajadora, es ser un ignorante o un embaucador. Un esbirro intelectual al servicio del capitalismo imperialista y neocolonialista del españolismo en nuestra tierra, intentando sustraerle a nuestro Pueblo una de sus más trascendentales herramientas culturales. “Hay una analogía en las condiciones de vida de las clases que lo vieron nacer y en las que se desarrolla hasta nuestros días. Gitanos andaluces, andaluces no gitanos, trabajadores urbanos o jornaleros, pescadores, mineros y artesanos. Todos ellos ocupan la franja popular y oprimida de la estructura social del momento. (…) No es extraño, entonces, que el flamenco haya aparecido a lo largo de su historia, como una expresión conscientemente reprimida, obviada y despreciada por las clases dominantes y los intelectuales de Andalucía. El flamenco representaba las miserias de la Andalucía real, frente a la Andalucía oficial que se empeñaba en ofrecer la oligarquía andaluza”. El flamenco era, y sigue siendo, a pesar de los esfuerzos del Sistema por desnaturalizarlo, una plasmación revolucionaria y resistente de la identidad, inequívocamente propia y diferenciada, del Pueblo trabajador andaluz.

“L'Andaluzia ke kanto
en la flamenca de berah,
Ke yorando ehta por dentro
i ze rebela por fuera”.